Tras la victoria del Real Madrid sobre el Atlético en los octavos de final de la Champions League, Antonio Rüdiger, junto a compañeros como Kylian Mbappé, corrió frente a la afición local riendo y levantando las rodillas en un gesto provocador. Su efusiva reacción derivó en sanciones disciplinarias: la UEFA le impuso una multa y una suspensión de un partido en competiciones europeas por infringir el reglamento de conducta posterior al partido. No obstante, la sanción quedó suspendida por un año. Este episodio se suma a antecedentes previos del defensor alemán, como una suspensión de seis partidos en competiciones locales por lanzar cinta adhesiva a un árbitro durante la final del Clásico. Su temperamento impulsivo continúa generando opiniones divididas.