Lo único que Messi tiene a su favor por delante de Haaland en la carrera por el Balón de Oro es el Mundial, torneo en el que el noruego no podría participar debido a que tiene la desgracia de no haber crecido en un potencia futbolística. De hecho, el fútbol ni siquiera es el deporte más popular en Noruega, detrás del esquí y el hockey sobre hielo.
Noruega no se ha clasificado para el Mundial desde 1998 y parece tremendamente injusto darle a Messi el Balón de Oro por su trabajo en un torneo en el que su principal rival no participó. Pero donde se puede comparar a los dos jugadores es en la Champions League.
Ese solía ser el dominio de Messi. El argentino ganó cuatro coronas europeas con el Barça y es el segundo máximo goleador histórico de la competición con 121 goles, sólo por detrás de Cristiano Ronaldo.
Pero ahora es el feudo de Haaland. El noruego siente fascinación por el concurso desde que tenía siete años y tiene su música como tono de llamada en su teléfono móvil. Marcó ocho goles en su primera campaña con el Salzburgo a pesar de jugar sólo seis partidos, y la temporada pasada terminó como máximo goleador con 12 goles.
En un solo partido, contra el RB Leipzig, se convirtió en el primer jugador en 11 años en marcar cinco goles en un partido eliminatorio. El último en hacerlo fue Messi, y Haaland bien podría haber batido el récord del argentino si Guardiola no lo hubiera sustituido a principios de la segunda mitad. En el mismo mes que Haaland hacía historia en la competición, Messi se retiraba cojeando con el PSG ante el Bayern.
El City se enfrentó al Bayern en la siguiente ronda y Haaland marcó en ambos partidos. No anotó contra el Real Madrid en semifinales ni contra el Inter en la final, pero su mera presencia y reputación asustó a los rivales del City en otras zonas del campo que terminaron ganando el trofeo.
Messi levantó la Champions League por última vez en 2015, justo antes de cumplir 28 años. Se sospecha que Haaland alzará lo que el argentino alguna vez describió como "esa hermosa copa" unas cuantas veces más antes de que su carrera llegue a su fin.
El reinado de Messi en el fútbol mundial ha sido hermoso, pero sus días están contados y ahora vivimos en la era de Erling Haaland. Qué mejor forma de conmemorarlo que entregándole el Balón de Oro. Aparte de cambiar de nacionalidad, difícilmente podría haber hecho más para merecerlo.