En la rueda de prensa previa al partido, el joven de 21 años confirmó el incidente en el entrenamiento y comentó: "Es fútbol, es normal que las emociones se intensifiquen en el campo. A veces te comunicas con los compañeros de una forma más fuerte de lo que lo harías con tu mamá y papá.
Por cada interacción negativa que se ve, hay 20 positivas. Eso suele perderse en los medios, y está bien, siempre y cuando el equipo se respete y tenga esas conversaciones honestas."