No cerró el Real Madrid de la mejor manera el mes de enero. El sorteo del día 31 en Nyon deparó un doble partido de Champions con el City de Guardiola, agotador desde lo físico y desde lo mental, y ahora empezó el equipo de Ancelotti de la peor manera un febrero que será decisivo para lo que resta de temporada.
La visita este sábado del Madrid al campo del RCD Espanyol representaba el primero de los siete obstáculos (podrían ser ocho) que tendrán los capitalinos en los próximos 23 días, donde se la juegan a todo o nada en tres competiciones distintas: Liga, Copa y Champions.
El camino hacia un inédito triplete blanco (nunca lo consiguió) se inició en la Ciudad Condal con derrota por la mínima ante el Espanyol. Con el Atleti y el Barça en gran estado de forma, no era nada conveniente que el cuadro merengue empezara tropezando.
Sumar de a tres en Cornellá era el primer paso que el Madrid quería dar para seguir aspirando a ganarlo todo, a pesar de un calendario exigente y cargado que amenaza con penalizar al campeón de Europa durante el segundo mes del año.



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