En el mundo del fútbol, el papel de un portero es muy claro: ser la última línea de defensa para evitar que el balón entre en su portería. Se les evalúa por sus paradas espectaculares, rápidos reflejos y la capacidad para organizar la línea defensiva. Marcar un gol es un evento raro que generalmente solo ocurre por suerte en situaciones de balón parado en los últimos minutos.
Sin embargo, la historia reconoce algunas anomalías que rompen con esa norma. Existen porteros que no solo son hábiles parando balones, sino también expertos ejecutándolos hacia la portería rival. Se convierten en armas secretas, una amenaza inesperada que cambia la dinámica del juego cada vez que hay una oportunidad de tiro libre o penal en el área de ataque.
El fenómeno más extremo y legendario en este sentido es un portero brasileño llamado Rogerio Ceni. No solo marcó uno o dos goles, sino que acumuló una cantidad de goles que incluso es difícil de alcanzar para un centrocampista ofensivo, convirtiéndose en un ícono único en la historia de este deporte.
¿Cómo puede un portero convertirse en uno de los ejecutores de balón parado más mortales del mundo? ¿Qué lo hace tan especial que su récord parece imposible de batir en la era del fútbol moderno? GOAL intenta explicarlo aquí!







