"La rotación es parte del juego moderno. Tiene que serlo. Mira qué rápido es la Premier League y la intensidad de los partidos. La velocidad del juego ha cambiado y en algún momento tengo que hacer cambios". Esas no son las palabras del actual entrenador del Manchester United, Ruben Amorim, ni de su predecesor Erik ten Hag. Salieron de la boca de Sir Alex Ferguson hacia el final de una agotadora temporada de 64 partidos en 2009.
Desde entonces, el ritmo de la Premier League se ha acelerado y la cantidad de partidos en el fútbol de clubes e internacional ha aumentado. Nunca ha habido una mayor necesidad de rotación de jugadores y, sin embargo, cambiar jugadores, ya sea de un partido a otro o durante los partidos, sigue siendo enormemente impopular. Los jugadores quieren participar en todos los partidos, los entrenadores quieren que sus mejores jugadores jueguen cada minuto y los aficionados también. Solo mira la reacción a la derrota por 3-2 del United en casa ante el Nottingham Forest el sábado. Cuando Bruno Fernandes fue reemplazado en el minuto 75 por Mason Mount, se escucharon abucheos de los fieles de Old Trafford. Y cuando sonó el pitido final para confirmar una segunda derrota consecutiva, se señalaron dedos a Amorim por haber hecho cinco cambios en su alineación anterior en Arsenal y por haber hecho cinco sustituciones.
"Cuando sigues cambiando jugadores y sigues cambiando tus tres de atrás y quitas a cinco jugadores, básicamente le estás diciendo a todos ellos que no confías en ellos," dijo Gary Neville en NBC Sports. "De repente tienes un sistema completamente diferente, un conjunto completamente diferente de jugadores en el campo al final del partido. Nunca puedes obtener consistencia."
Amorim ha advertido en varias ocasiones que tendría que rotar su equipo debido a la gran cantidad de partidos y para poder evaluar a tantos jugadores como sea posible. Y a pesar de los resultados negativos de la última semana, necesita seguir haciéndolo. De hecho, la solución al atascado calendario al que se enfrenta es ir aún más allá y emular al Chelsea al formar un equipo 'A' para los partidos de la Premier League y un equipo 'B' para las competiciones europeas y de copa.