El club aún arrastra una deuda que supera los 1,200 millones de euros. Las controvertidas “palancas económicas” implementadas han hecho poco para reducir ese pasivo y, en ocasiones, han generado enfrentamientos con LaLiga, que ha restringido su capacidad para fichar y registrar jugadores nuevos. De hecho, el Barça tuvo que acudir al gobierno español para garantizar la participación de Dani Olmo y Víctor en la temporada pasada.