El retraso del kit ha tenido un impacto más allá de la estética; para Nike, el proveedor global de uniformes de Barcelona, la falta de un debut oficial en la liga significó perder un valioso impulso de marketing al comienzo de la temporada. Para los aficionados, la frustración fue más emocional ya que, después de meses de expectativa alrededor del lanzamiento, los seguidores terminaron viendo a sus héroes con el mismo uniforme. Fue una imagen extraña para un club de la talla del Barça, donde la marca, la identidad y la presentación son casi tan escrutadas como el propio fútbol. Se espera que el nuevo kit de local, con sus rayas borrosas y dinámicas, simbolice un nuevo capítulo en la temporada.