Hace un año Todd Boehly y Behdad Eghbali compraron el Chelsea por unos 5.000 millones de euros. Fue la venta más cara de una entidad deportiva en toda la historia. Un hecho que ya auguraba lo que sería su nuevo rumbo para el club. Porque si con Abramóvich se compraba caro, con ellos aún más.
Llegaron futbolistas hasta tener una plantilla de 34 jugadores, más varios cedidos repartidos por el mundo. El gasto incrementó y se comprometía la economía de los 'blue'. A punto de superar los límites del Fair Play Financiero impuesto por la FIFA se encontraron con un aliado en el último momento.
El Fondo Saudí de Inversión Pública (FIP) compró el 75% de los cuatro clubes más importantes de su reino (Al-Hilal, Al-Ittihad, Al-Nassr y Al-Ahli). Movimiento que provocaría un terremoto en el fútbol mundial. Ahora la liga de Arabia consigue atraer a futbolistas de primer nivel. En enero llegó Cristiano Ronaldo y, este verano, el desembarco ha sido masivo. Benzema es el nombre que más retumba pero no el único. Hasta seis futbolistas del Chelsea podrían hacer las maletas hacía un país que está de moda. Jugadores que no contaban para Pochettino y que resuelven parte del problema económico del club.





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