El Chelsea había mostrado interés en el internacional argentino desde enero, pero este se intensificó tras las tensiones entre Garnacho y el entrenador del United, Ruben Amorim, al final de la temporada pasada. Quedó evidente que el joven de 21 años no tenía futuro en los Red Devils después de haber sido relegado a su “escuadrón bomba” a principios de este verano. Ahora, el producto de la academia se dirige hacia nuevos horizontes. Los Blues han asegurado uno de sus objetivos principales antes del cierre del mercado de fichajes, y el United podrá ingresar una buena cantidad de dinero por su traspaso.