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Messi no se dosifica: juega más que hace un año


ANÁLISIS

Estar o no estar. Con Leo Messi no hay medias tintas. Si está sobre el césped, la probabilidad de victoria del Barcelona aumenta exponencialmente. Es un ganador nato al que no le gusta perder jamás. Cuando lo hace ya no llora como solía cuando era un adolescente sino que sufre hasta el punto de amagar con dejar la selección argentina. Pero él quiere estar, tanto en la 'albiceleste' como en el Barcelona, que sigue abonado a su estrella como nunca. De hecho, el rosarino juega incluso más de lo que lo hacía hace un año después de disputar los primeros 33 partidos de la temporada.

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Porque mientras ha estado disponible ha jugado el 91% de los minutos en los que ha podido hacerlo mientras que la temporada pasada, a pesar de haber sufrido alguna lesión leve y un gripazo, jugó ligeramente menos tiempo, el 88%. Es decir, tanto en números relativos como absolutos, con Ernesto Valverde el rosarino juega incluso más que con Luis Enrique Martínez. Curiosamente, también el asturiano le sentó en el banquillo en 2 ocasiones, como esta temporada ha hecho el 'txingurri', quien no esconde que el delantero "es el mejor que ha habido".

Su aportación al equipo está a la altura de semejante afirmación, habiendo participado de forma directa en 37 goles tanto en la temporada pasada como en la presente a estas alturas de campeonato, aunque este año ha aumentado el número de asistencias a costa de ver disminuida su cuota de goles, que en todo caso le mantiene como máximo goleador de la Liga.

Si acaso, Valverde está intentando dosificar la presencia de Messi en el once titular, del que se ha caído en 4 partidos, 2 por ser suplente y 2 por no ir convocado. Con Luis Enrique el dato es prácticamente el mismo pero la carga física no es la misma. El año pasado el Barcelona tenía un proceder sobre el campo mucho más directo, de forma que el desgaste físico de los jugadores era mayor, mientras que con Valverde el equipo ha ido recuperando el control del balón progresivamente.

Messi, de hecho, fue capaz de destrozar al Real Madrid en el Santiago Bernabéu caminando el 83% del tiempo de juego tal y como detectó El Periódico. En primer lugar porque no siempre necesita el máximo desgaste debido a su calidad. Y, en segundo, porque como él mismo admitió que "me di cuenta de que tengo que descansar". Pero no es fácil cuando aspira a ganarlo todo, Mundial incluido.

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