Muy a su pesar, Álvaro Morata ha deshecho las maletas en el epicentro de todos los debates que rodean a la Selección. No es un lugar que le sea ajeno, acostumbrado en su carrera a vivir entre los extremos de críticos y aduladores, igual de desproporcionados. Pero ahora que le ha abandonado mayoritariamente la aficióntampoco le acompañan los registros.
LA GUÍA DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLA EN LA EUROCOPA 2020
El delantero, que acaba de ampliar su vinculación en forma de cesión con la Juventus, no está respondiendo con goles a la confianza de Luis Enrique. Desde el regreso del técnico al banquillo de España, únicamente ha marcado dos tantos (y dado una asistencia) en ocho partidos. En relación al total de 20 dianas, su aportación es de un 10%. Mirando sólo a los encuentros que ha disputado en esta segunda etapa del asturiano, su contribución asciende ligeramente, a un 14,28%.
Su falta de puntería con la Roja, en la que ha sido titular en siete de sus ocho internacionalidades con el Luis Enrique 2.0, se ha puesto de máxima actualidad por dos acciones muy recientes, ante Portugal y Suecia. En ambas el madrileño desperdició sendos mano a mano, en el Wanda Metroplitano después de una galopada larga y meritoria, y en La Cartuja, incapaz de aprovechar un fallo del rival. La grada, cansada y exigente, se lo recriminó.
La Selección de Luis Enrique se seca
Y no anda España en general para presumir. En esta segunda entrega de la era Luis Enrique ha bajado su promedio de goles con respecto a la primera, de 2 por partido a 1,53. Además, se ha quedado a cero en cuatro, un peligroso 30,7%. Dos de esos roscos han llegado consecutivamente, algo que no ocurría desde 1992, con Clemente. Quizá por eso el seleccionador le mantiene la fe a en un Morata que le ofrece mucho trabajo en facetas variadas. También sus compañeros, incluso el joven y tímido Pedri, que le están apoyando pública y privadamente.