Karanka en Goal: “¿El estilo? Se venden muchas historias, pero al final hay que ganar”

ENTREVISTA EXCLUSIVA

Como jugador ganó siete títulos, entre ellos tres Champions League y una Liga con el Real Madrid. Y como entrenador se está forjando también una prometedora carrera en la élite a fuego lento después de pasar por las categorías inferiores de la Selección Española, y de pasar por el asiento junto a Jose Mourinho en el mismo Real Madrid. Es Aitor Karanka [18 de septiembre de 1973, Vitoria], ahora técnico del Nottingham Forest en la Championship después de haber logrado ascender al Middlesbrough a la Premier League en 2016. En Goal habla de su experiencia en Inglaterra, de un hipotético regreso a España, de cómo se debe modelar un estilo desde los banquillos, de lo que significa imprimir un sello a un equipo, y de su relación con los dos técnicos de los equipos más grandes del país: Real Madrid y Barcelona. Y contesta con tanta naturalidad ocmo sinceridad. Así entiende Aitor Karanka el fútbol desde las distancias cortas. 

El Nottingham Forest está en Championship pero es un gigante dormido con dos Champions League, ¿cómo es todo allí? ¿Cómo se vive con la imagen de Brian Clough todavía hoy?
“Cuando recibí la llamada del Forest, en aquella época había estado diez meses esperando a algo que realmente me interesase. Y cuando llamaron, era un proyecto como lo que yo buscaba. Independientemente del dinero y de otras muchas cosas, quería que fuera un proyecto como lo que conseguí en el Middlesbrough. Me facilitaba estar con mi familia, que es algo vital. Si le sumas que es un club como el Forest, con su historia, y todo lo que tiene detrás, me convencieron. Y estoy muy contento de haber aceptado”.

Dice que es un proyecto similar al del Middlesbrough, pero ¿qué diferencias hay entre uno y otro?
“Para empezar, la historia. El palmarés del ‘Boro’ es una copa de la liga, y llevaba seis años en Championship. Y el Forest tiene dos Copas de Europa y veinte años en categorías inferiores. Ya eso marca muchas distancias. Cuando llego a Middlesbrough, me encuentro una zona un poco deprimida por el paro, la crisis. Hubo que construirlo de cero, encontrar esa ilusión que se generó poco a poco y, al final, ascender. Que era le objetivo. Ahora en el Forest se trata de hacer lo mismo, que no es fácil. Pero el cambio está siendo bastante grande. De hecho, en un año hemos cambiado diecisiete jugadores prácticamente. Había que hacer un cambio radical desde el principio, pero la cosa está yendo bien”.

En España se sigue mucho la Premier League. Pero, ¿qué le puede decir a los aficionados españoles que no siguen tanto la Championship? Porque todos los que han estado hablan de una competición de un nivel altísimo, incluso económicamente…
“Es verdad. Yo cuando recibí la llamada del ‘Boro’ no es que la deseches por ser un equipo de Segunda, pero en aquella época sí tenía otras expectativas. Pero entonces hablo con Jose Mourinho y me habla de la Championship. Conocía ya el club y al dueño porque hubo ocasión de fichar cuando era jugador del Athletic. Y Jose me avisó ya de que le echara un ojo en serio, que no era como la Segunda española. Y cuando vas allí, te das cuenta de que es una locura. Este año tenemos 22.500 socios, la media de asistencia está en unos 28.000 espectadores por partido. Vas a jugar a los estadios y hay una media de 21.000, aunque el otro día contra el Aston Villa había 41.000, por ejemplo. Creo que hay bastante diferencia si la comparas con la Segunda española…”

Hace no mucho decía Guardiola que una diferencia con respecto al fútbol español es que el trato de la prensa inglesa es muy duro, pero más respetuoso que en España. ¿Coincide?
“Para empezar, allí no hay tanto como aquí. Haces una rueda de prensa prepartido y otra postpartido y, a diferencia de lo que puede pasar aquí, es que el 80% de las preguntas pueden ser sobre otras cosas, y sólo un 20% sobre el propio partido. Allí no hay nunca ninguna pregunta que sea sobre otro aspecto: se habla del partido, incluso cuando estuve en la Premier League. Quitando los medios locales, que ni siquiera critican mucho tampoco, durante la semana se critica y debate respecto a tu trabajo, tus cambios o tu planificación de partido. Pero se dejan fuera muchas otras cosas”.

Hablemos entonces de fútbol. ¿Cómo es el Karanka entrenador? ¿Qué estilo quiere, qué esquema le gusta más, qué influencias ha tenido en su carrera?
“Esa pregunta está muy de moda ahora: el estilo, la posesión, el juego físico… Al final, viniendo de donde vengo, jugando donde he jugado, y con mi experiencia entrenando en la Federación y el Real Madrid, lo que intentas como entrenador es que tu equipo tenga un sello y que tu equipo intente ganar. Muchas veces se venden muchas cosas, pero al final hay que ganar. Para ello, cuantos mejores jugadores tengas, mejor puedes jugar. Y ya ganar jugando bien es el estilo que me gusta. Muchas veces también se confunde el tener un equipo organizado con ser defensivo. Y muchas veces yo he tenido la experiencia, por ejemplo en el ‘Boro’, de que no puedes jugar de la misma manera cuando estás subiendo a la Premier y tienes los mismos jugadores de Championship… Hay que cambiar, y es importante cuantas más formas tengas de jugar y más puedas ofrecer a tus jugadores. Es vital que, como entrenador, mejores a tus jugadores. Porque mejorándoles individualmente es como van a mejorar como equipo”.

Justo Ancelotti decía que uno de los grandes cambios en su carrera fue cuando dejó de amoldar plantillas a su esquema preferido para pasar a ser él quien se amoldase en función de los jugadores que tenía. ¿El mejor entrenador es el que mejor sabe amoldarse a sus circunstancias, como decía?
“Yo creo que sí. En mi momento, que estoy prácticamente empezando, decir que tienes tu estilo y que siempre voy a ser, por ejemplo, defensivo… cuando a lo mejor tienes que ganar partidos y marcar goles porque tu objetivo es subir. Pues es que no te va a funcionar. O cuando subes a Premier League y los demás equipos se gastan 200 millones de libras y tú 19 millones, pero quieres ir a jugar cara a cara con el Manchester City o el Arsenal porque el año anterior jugabas al fútbol en Championship y tienes los mismos jugadores… Pues creo que es cometer un error grave. Para mí lo importante, hablando de la mejora de los jugadores, recuerdo cuando jugamos contra el Chelsea que Antonio Conte me preguntó cómo lo estaba haciendo con Gastón Ramirez, porque le conocía de Italia y reconocía que era muy buen jugador, pero me decía: ‘¡Cómo lo tienes aquí, con esa intensidad que demuestra, cómo corre y cómo trabaja!’. Le respondí: ‘Aquí somos un equipo, Antonio, y todos saben que el que no corra lo va a tener muy complicado’. Es así. Porque cuando sabes que no tienes esas individualides que tienen otros clubes, tienes que combatirles como un equipo”. 

En España, sobre todo a raíz de la Selección Española y los mejores tiempos del Barcelona, se ha generado todo un mito de la posesión. Pero ahora parece que en vez de utilizarse para bien, es casi algo negativo. Y sin embargo, cuando entrenadores como Mourinho, Simeone u otros dicen que lo importante es ganar, parece que sienta mal y hay otros que hablan de jugar bien y la posesión... ¿Lo siente también así?
“Cada uno tiene que tener su personalidad. Pero sí que es verdad, y no quiero individualizar, que mucha gente con esa filosofía nunca pierden: cuando juegan bien y ganan, han ganado; y cuando pierden, pues han jugado bien. Al final, como decimos, se trata de ganar, de saber lo que tienes en tu equipo y sí que es verdad que con aquella España nos volvimos todos un poco locos. Recuerdo que iba a ver a mi hijo con 8-10 años y veías unas posesiones que hasta los pobres críos se volvían locos. Les enseñaban a hacer posesiones sin que tuvieran claro cómo dar un pase. Con aquel equipo y aquellos jugadores, daba gusto. A mí me pilló dos años en la Federación y era una maravilla verles entrenar. Con esos jugadores está claro que se pueda hacer. Y se intenta. Nosotros por ejemplo el otro día en el Forest marcamos un gol tras 18 toques y habiendo participado los once en el campo. Nosotros lo intentamos. Pero también es verdad que en esa liga también hay que estar organizados. Tiene que ser una mezcla de todo. Y al final, no tengo ninguna duda, lo importante es ganar”.

Ha tenido influencias de Heynckes, de Del Bosque, de Mourinho… ¿Qué ha cogido de cada uno de ellos para formar su propio estilo?
“Creo que se hace cogiendo un poco o ‘un mucho’ de cada uno. Estamos hablando de tres entrenadores muy diferentes. A Jupp le tuve con 20 años, cuando vino de Alemania, y le dio un cambio al Athletic, que entonces empezamos a jugar más el balón, y nos clasificamos para la Copa de la UEFA. Con Vicente Del Bosque era otro estilo: intentar jugar, con su personalidad… Y de Jose, esa agresividad, esa organización… Yo ya estaba pensando en ser entrenador y es el que, más o menos, te hace dar el paso definitivo. Yo empezaba a tomar ya apuntes de qué haría yo o no, y cómo lo manejarías”.

Guardiola desveló el otro día que Simeone fue a verle entrenar y le dijo que no le gustaba lo que vio porque no lo sentía. ¿El entrenador no puede ejecutar una idea que no sienta?
“¡Está claro! Creo que se lo dije a Jose en el banquillo cuando estábamos en el Real Madrid y jugábamos contra el Atlético. Que para mí lo importante al final es que el equipo tenga el sello del entrenador. Le puede gustar a la gente o no, pero ahora mismo ves al Atlético y ves el sello del Cholo. Ves al Manchester City y ves el sello de Guardiola. Creo que eso es lo más importante que le pueda pasar al entrenador, o por lo menos para mí: que el equipo sea la seña de identidad del entrenador. Que cuando el otro día metemos el gol tras 18 toques identifiquen al equipo con mi estilo. O que cuando empatamos en Premier contra el Manchester City tras estar defendiendo y marcando en el último minuto, que se identifique con el que hay en el banquillo”.

¿Qué es lo que más le gusta de ser entrenador?
“Sobre todo, cuando ganas, ver a la afición cómo se va para casa. Es fundamental y es que, cuando perdemos, no sólo es que me voy mal a casa, sino que es peor porque veo a los niños cómo se van tristes del estadio. Te lo llevas un poco a lo personal. Y luego lo que más me gusta también es la relación y el vínculo que haces con los jugadores. En los malos momentos, que te llaman, que les ves comprometidos… Son casi como los hijos, que a veces les quieres matar, y luego estás con ellos a muerte. Crear un grupo unido. Que creo que en Middlesbrough fue lo que nos hizo poder subir y competir en Premier League. Y ahora en el Forest es igual tras cambiar diecisiete jugadores, pues son una familia, son un grupo de amigos y, por ejemplo, después de perder el otro día se van a la cena de Navidad todos juntos igualmente”.

¿Cuáles serían esas dos o tres cosas que le han marcado como entrenador? ¿Aquello que no se imaginaba que pudiera ser así o que le hubieran sorprendido?
“En Inglaterra, por ejemplo, algo a lo que no estaba acostumbrado era a ser el manager. Aparte de ser entrenador, no negocias, pero sí tienes que estar en relación constante con los agentes, convenciendo a jugadores… Cuando das el paso de entrenar tienes a tus referentes y tienes tu idea, pero cuando llegas allí y tienes que hacer todo eso, al final eso sí me hizo tener todo más disperso”.

Sabemos que su padre tenía una relación muy especial con Ernesto Valverde. ¿Cómo se forma ese vínculo?
“Es curioso, porque mi padre empezó a entrenar en Vitoria, en el colegio San Ignacio, donde estaba Ernesto. Con los años, Valverde juega en el Athletic y yo coincido con él tres años como jugador. Y después, yo me vine a Madrid, y cuando a regreso a Bilbao, él era el entrenador. Así que mi padre tuvo a Valverde como jugador, y yo le tuve como compañero y como mi entrenador también”.

De vez en cuando le dará consejos…
“¡No, al revés! [ríe] Porque ahora los dueños del Forest son los que él tuvo en el Olympiakos, así que en ese momento sí que estuvimos en contacto”.

¿Cree que con Valverde se está siendo un poco injusto desde Barcelona?
“Sí, pero al final el éxito de Ernesto es ser como es él: transmitir esa normalidad en todo. Muchas veces es curioso: cuando haces mucho ruido, porque lo haces, y cuando no, es porque tienes que hacer más cosas. Lo que está haciendo Ernesto está muy bien, y al final es él mismo. Que entrenes a esos clubes con esa magnitud, aunque yo no estuve en primera línea como él, y sigas manteniendo esa naturalidad y esa normalidad, ya es un éxito para mí”.

También coincidió con el entrenador del Real Madrid y sabe cómo es ese club. ¿Se imaginaba que Solari podría ocupar ese puesto? ¿Qué es lo que más destacaría de él en este tiempo desde que se convirtió en entrenador?
“Está demostrando que tiene personalidad. Tiene su idea. Por lo que se escucha, por lo que conozco de cómo es el Real Madrid, que siempre hay unos que quieren que juegue uno y otros que juegue otro, y a él le estoy viendo que tiene su idea. Y el equipo está ganando. Si Santi es el que está ahí, hay que apoyarle y darle toda la fuerza y el crédito, porque estar en ese banquillo es complicado. Debe serlo, vamos, por lo que viví cuando estuve ahí cerca. Ojalá que, si no puede hacer lo que hizo Zizou que fue complicado, que pueda relanzar al equipo y que pueda volver a ganar”

Hablando de los dos grandes de España, no hace mucho tuvo ofertas de nuestro país. ¿Cuando acabe la temporada sería un buen momento para plantearse su futuro? ¿O se sigue viendo en Inglaterra?
“De momento tengo este año y el que viene de contrato. Firmé dos años y medio, como en el Middlesbrough. La idea, ojalá sea así, es establecer el equipo el primer año, intentar entrara en play-off y el tercer año subir de categoría. ¿Volver a España? En el fútbol nunca se sabe. Ahora mismo quiero compaginar mi trabajo con mi familia. Llevo cinco años de entrenador y quiero labrar una carrera tranquilo, sin prisa, sino haciendo lo que me gusta y donde quiero estar. Ahora mismo puedo compaginar estar en un club histórico como el Forest, en una liga mangnífica como la Championship, y estar con mi familia, así que la verdad es que estoy a gusto”.

¿Se plantea el Athletic en un futuro? ¿O es una opción muy lejana?
“En el fútbol, como jugador, vas diciendo: quiero jugar en el Alavés, luego en el Athletic, luego en el Real Madrid, luego la Selección, luego ganar una Champions… Puedes tener esos sueños de niño. Pero como entrenador, el sábado estás preparando el partido contra el Milwall, que pierdes 2-3 partidos, y lo que estás pensando de entrenar al Real Madrid, al Barcelona o a la selección de China, acaba en que te echan y tienes que volver otra vez para atrás. Creo que lo importante es crecer, aprender cada día, y luego el tiempo es el que te va poniendo en tu lugar”.

Ya por último, ¿se ha llevado a algún amigo inesperado en el fútbol? ¿Alguien que no se imaginaba que fuera como terminó siendo?
“¡Sí! Y cada día puede pasarte. Muchas veces, y lo he vivido en primera persona, pasa con la imagen que la gente tiene de cada uno. Y no te conocen de nada. Muchas veces has pecado también de poner la etiqueta a alguien y luego cuando le has conocido te has dado cuenta de que lo que pensabas que era imposible, te da una relación bonita. Otra de las cosas más bonitas que tiene el fútbol inglés es el tercer tiempo, que te juntas con el entrenador rival, con alguien que durante 90 minutos te estás matando, y luego estás hablando con él y aprendes de lo que te dice o le das incluso consejos. Es lo bonito que tiene el fútbol: crear esas amistades. Cuando jugué con el Middlesbrough ante el Arsenal, estuve hablando con Arsene Wenger una media hora. Y eso me permitió que, cuando llegamos al play-off, le pudiera pedir las instalaciones del Arsenal para entrenar allí. De entrenador a entrenador. Ese respeto y ese vínculo es bonito”

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