OPINIÓN
Es hora de hablar de la era de Cristiano Ronaldo . Quizás habría todavía quien pensara que su rendimiento podía ser algo casual, de una o dos temporadas esporádicas. O que con su teórica jubilación tan próxima no era posible alargar más sus grandes actuaciones en el tiempo. Y por supuesto que el debate puramente futbolero lo tiene perdido frente a Messi. Sigue siendo lógico y natural, fuera de filias y fobias. Sin embargo, es tiempo de hablar del poderío sostenido y constante de Cristiano en el último lustro. Sin que ni siquiera su imagen exterior ni su cambio de posición ni su cada vez menor participación en el juego manchen un poco su dominio actual en el fútbol mundial en los últimos años. Se lo ha ganado. Puede que haya jugadores mejores que él, obvio. Con más participación en el juego, mayor plasticidad, más recursos técnicos, etcétera, etcétera. Pero de igual manera que puede quedar un mal plato a pesar de tener excelentes ingredientes, no hay ni un solo futbolista con mejor rendimiento ni mayor influencia en los éxitos de su equipo que Cristiano Ronaldo, aun cuando ni siquiera sea el más dotado. No lo hay.
El Madrid y Cristiano deben darle las gracias al Barcelona de Messi
El luso es el jugador que nunca se esconde y que siempre aparece en los momentos importantes. Es el máximo goleador de la historia del Real Madrid y de la Champions League, sí, pero es que también es el máximo goleador en eliminatorias de Champions, a partir de cuartos, a partir de semifinales y en las finales. De los 120 goles en la competición del balón de estrellas, la mitad han llegado en eliminatorias, y un tercio han llegado a partir de cuartos . ¿Se imaginan lo que supone para un equipo empezar ganando 1-0 sea el partido que sea y el rival que sea? Pues eso es lo que tiene el Real Madrid en Cristiano Ronaldo. Y lo tiene además desde hace mucho tiempo: desde 2009. Y concretamente desde la temporada 2013-14, no hay nadie en el mundo con semejante poderío. Tampoco Messi.
goalCuando el Real Madrid sufría en Turín con sólo 0-1 en el marcador, el que apareció con una chilena majestuosa fue Cristiano. Y también la temporada pasada, con diez goles desde cuartos: ante Bayern, Atlético y Juventus. Y también la anterior con un hat-trick para remontar al Wolfsburgo y su gol en el penalti de la final en Milán. Incluso hace tres campañas, pese a ser eliminados, marcó dos goles en semifinales ante la Juventus. Y en la anterior, otro doblete más en el Allianz Arena de Múnich en semifinales.
Y entre medias, en 2016, se proclamó campeón de Europa con una Portugal cogida con pinzas también… Mientras tanto, en este mismo tiempo desde la temporada 2013-14, Messi perdió con Argentina una final de un Mundial y otras dos finales más de Copa América (en 2016 falló incluso su penalti en la tanda final), con un amago de retirada. Y con su club, en ese mismo tiempo Messi sólo ha marcado dos goles desde cuartos de final en adelante en Europa. Dos únicos goles y dos únicas asistencias para que su Barcelona cayese en cuartos de final en cuatro de esas cinco ediciones: Roma, Juventus y Atlético (2) fueron sus verdugos, y ninguno terminó ‘campeonando’ siquiera. En esas mismas condiciones, Cristiano marcaba 21 goles y daba dos asistencias desde 2014 a partir de los cuartos de final para que el Real Madrid ganase tres de las últimas cuatro Champions (aun vivo en la presente edición además). Una diferencia sideral de rendimiento entre ambos, como se puede ver.
Getty ImagesSe podrá debatir sobre el formato del galardón todo lo que queramos, pero no es casualidad que Cristiano Ronaldo haya ganado cuatro de los últimos cinco Balones de Oro. Igual que tampoco es casualidad que el Real Madrid esté viviendo una nueva época dorada en el último lustro con Cristiano a semejante nivel. Y cuando parece que el debate sobre la supremacía del fútbol mundial se estanca irremediablemente, es momento de recordar cuántas veces se ha echado de menos el soberbio fútbol de Messi en las grandes citas mientras que la influencia y el poderío de Cristiano han acudido a todas y cada una de ellas. No puedes ser el mejor del mundo si ni siquiera te presentas al certamen. Y eso es lo que le viene sucediendo a Messi en el último lustro, que colecciona Balones de Oro de otoño, pero nunca en primavera.
Independientemente de cómo termine esta temporada ya, es momento de que el rendimiento de ambos empiece a pesar tanto como su propia técnica en el debate futbolístico entre Cristiano y Messi. Porque ello engrandece aún más a uno mientras que debería penalizar al otro. Es hora de hablar de la era de Cristiano Ronaldo… aun en tiempos de Messi.