Estancamiento. Esa es la palabra que mejor describe el momento que vive la Selección mexicana. El equipo del Tata Martino hasta no hace tanto tiempo era el gigante de la Concacaf, pero esa condición ha sido duramente cuestionada tras los fracasos en la Liga de Naciones y Copa Orodel verano pasado.
Y es que el crecimiento que había mostrado el Tri hasta el Mundial Rusia 2018, poco a poco ha quedado en el olvido. México tiene serios problemas para ganar los partidos ante rivales que no representan un gran obstáculo, como sucedió contra Jamaica, equipo al que vencieron por 2-1 en el inicio del Octogonal.
La sensación es que la Selección mexicana cuenta con una generación que vio pasar sus mejores años. La columna vertebral del equipo es muy experimentada y todo indica que este es su último ciclo de Eliminatorias, situación que recuerda mucho a lo que sucedió con el próximo rival del Tri: Costa Rica.
Los ticos sorprendieron a propios y extraños con el avance que mostraron en el camino hacia Brasil 2014. De la mano de José Luis Pinto, Costa Rica obtuvo grandes resultados en las Eliminatorias y además hicieron un gran papel en el Mundial, quedando eliminados en cuartos de final sin perder ningún partido.
Sin embargo, el combinado centroamericano dejó de exportar talentos a las principales ligas de Europa y apostó por mercados del continente, lo cual comprometió seriamente su nivel competitivo. Es así como Costa Rica poco a poco volvió a ser un equipo promedio, sin posibilidad de aspirar por algo más.
Ese escenario se parece mucho al de la Selección mexicana, que ahora mismo no tiene tantos referentes en el Viejo Continente como en el pasado y su base de jugadores no vive el mejor momento de su carrera. Los recientes resultados cosechados por el Tri indican que algo debe cambiar cuanto antes.
No obstante, los recientes traspasos de Johan Vásquez,José Juan Macías y Santiago Muñoz le dan un poco de tranquilidad al Tricolor. La exportación de talentos al futbol europeo debe ser continua para garantizar un recambio de calidad en la Selección. Costa Rica es el ejemplo del camino que México no debe seguir.