Crisis en el Milan: de Riad a la protesta y el efecto Sérgio Conceição Conceicao ya ha terminado

Y pensar que el relevo entre compatriotas, con Fonseca despedido y el ex del Porto asumiendo el mando, parecía haber dado frutos inmediatos en enero: listos, preparados y con la Supercopa Italiana alzada al cielo de Riad, contra todo pronóstico y de la forma más emocionante posible.

La Juve cayó en una remontada épica, el Inter fue vencido en la final al minuto 90. Arabia había mostrado destellos de un Milan encendido, dispuesto a reconstruir los pedazos de una primera mitad de temporada llena de más sombras que luces. Y, sin embargo…

En cambio, Leao y sus compañeros parecen encarnar a la perfección lo que desde hace demasiado tiempo ha sido el leitmotiv del ADN futbolístico de los grandes de la plantilla: talento para vender, pero con una alarmante discontinuidad, acompañada de vacíos preocupantes en los momentos cruciales.

El triunfo en la Supercopa hoy parece un simple paliativo, al igual que el mercado pirotécnico de enero, que, aunque la temporada aún pueda ofrecer sorpresas, parece haber sido solo un alivio temporal.

Joao Félix, Giménez, Walker: grandes fichajes con impacto inmediato, exactamente como el logrado por Conceição. Sin embargo, entre enigmas tácticos, problemas físicos y pocos balones, se encuentran ahora atrapados en el caldero de la crítica.

El túnel del Milan, más que por una crisis técnica, parece estar marcado por una profunda pérdida de identidad: la vasta historia del club y el rendimiento errático sobre el campo están 'pisoteando' la tradición de un equipo que solía ganar y fascinar, pero que ahora produce exactamente lo contrario.

Lo saben bien los aficionados, especialmente los de la Curva Sud, quienes entraron 15 minutos tarde al San Siro contra la Lazio y protagonizaron un cántico incesante dirigido a la propiedad ("Cardinale, debes vender, ¡vete!"), al que se sumó, con el silbido triple que selló el 1-2 biancoceleste, el clásico "Nos tienen hartos" y "Vayan a trabajar", dirigido en esta ocasión a los jugadores.

Sergio Conceição, que en este momento —según informó 'Sky'— goza de la confianza de la directiva, dejó claro en la sala de prensa que no está dispuesto a rendirse, mostrando señales de profesionalismo y lealtad. Sin embargo, su futuro parece alejarse cada vez más de Milanello.

"Estoy con mis jugadores, estoy aquí para defenderlos a ellos y a mi vestuario. Si tengo que trabajar dos o tres horas más, lo haré. Estamos atravesando una fase negativa en cuanto a resultados y circunstancias, pero seguimos trabajando aún más, con más fuerza. ¿Los jugadores harían lo mismo por mí? Sí, está claro. Si no lo sintiera, lo diría".

Ahora, después de tres derrotas consecutivas, un recorrido en Champions archivado por el Feyenoord y un Scudetto que se escapó hace tiempo, solo queda aferrarse a la posibilidad de alcanzar el cuarto puesto.

Un objetivo sumamente complicado, no solo por el presente sino también por la feroz competencia en la lucha por la Europa de los grandes: Lazio, Juve, Bolonia, Fiorentina y la emergente Roma son rivales difíciles que complican el ascenso de los rossoneri, para quienes la Copa Italia (con el derbi en semifinales contra el Inter) se ha convertido en un consuelo menor ante un fracaso difícil de justificar.