Zinedine Zidane, Real Madrid, Huesca, Primera DivisiónPau Barrena / AFP

Zidane, de la sala de prensa al campo

Eliminado casi de salida en la Supercopa y la Copa, y descolgado del liderato liguero, el Real Madrid busca hasta debajo de la cama algo que le recuerde a su mejor versión. Zidane apuntó el viernes con la linterna a la última Liga, avisando en rueda de prensa de que, nombre arriba-nombre abajo, esta plantilla había sido la mejor de España la temporada pasada. El francés pasó al ataque protestando por las maneras de los medios y planteando con otro aire la visita al Huesca, resuelta (1-2) a partir de varias maniobras suyas desde el banquillo.

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De primeras se vio a un equipo vertical, como si de repente quisiera divertirse. Con Casemiro atento a todo, Modric y Kroos, 35 y 31 años, jugaron igual que viven los adolescentes. Delante, Vinicius, de más a menos, y Asensio, de menos a más, se atrevían a lo que se les pide. Pero no es Madrid para siestas, y de la del inicio del segundo tiempo, con dos tiros locales al larguero y un gol, le costó reponerse. Ahí dio con la tecla Zizou, que pese a que el caudal ofensivo aumentaba (Asensio se lanzaba con la ligereza de una pluma, Vinicius dejaba sólo a Benzema ante el portero y así hasta 18 remates...) movió el banquillo según se requería.

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El Madrid terminó con defensa de tres

Sobreponiéndose a la colección de bajas (el sancionado Militao y los lesionados Carvajal, Ramos, Fede, Isco, Hazard, Lucas y Rodrygo), en el 67' convirtió un imprevisto, otro problema físico, en una vuelta de tuerca: metió a Marcelo por Odriozola y la banda izquierda ganó otra vida. Luego, en el 76', arriesgó con un doble cambio, dando entrada a Mariano y el jovencísimo Marvin, y retocó el esquema: tres defensas, tridente con dos alas en la media y doble punta. No fue el dibujo lo que logró el 1-2 de Varane, en el 84', pero sí lo que arrimó a los blancos a la portería de Álvaro.

Como había prometido Zidane 24 horas antes, sus chicos lucharon hasta el final, estrenándose en remontadas en esta Liga. Y esa era la clave porque, en opinión del francés, la satisfacción "no es sólo por la victoria; por cómo la conseguimos, peleando, con carácter... Era importante volver a ganar, muy importante". El margen de progresión aún es amplio, algo evidente si se reduce la tarde a que el Madrid sufrió para sumar de tres frente al colista. Pero sin el primer paso no hay un segundo, y ZZ lo ha dado con palabras y hechos.

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