Quizá lo mejor de enero para el Real Madrid es que ya ha pasado. El primer mes de 2021 ha dejado consecuencias, como la salida de dos jóvenes, Jovic y Odegaard, las eliminaciones en la Supercopa de España y la Copa del Rey o el bajón en la Liga, pero también un hilo de esperanza del que tirar: Marco Asensio (25 años). El balear se ha aproximado a su verdadero nivel, que a comienzos de temporada parecía lejano, con dos goles y una asistencia.
El avance del curso ha demostrado que la suya era una cuestión de tiempo. De menos a más, en enero emitió señales que refuerzan a quienes nunca dudaron de él. Le respaldan las sensaciones y una estadística: desde el 23 de diciembre ha participado en cuatro goles, todos en casa, con dos dianas y dos asistencias. Es decir, ha intervenido sólo en un tanto menos que en los 18 partidos anteriores como local.
Todo indica que esta es la prueba final de la satisfactoria recuperación de Asensio, porque no puede entenderse su evolución sin valorar el impacto de su caída en la gira de 2019, con un parte médico demoledor el 24 de julio. En él se anunciaba "una rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de su rodilla izquierda". En la nota se confirmaba, además, una obviedad, la necesidad de pasar por quirófano. Era una pésima noticia, la peor, pero también un reto, tal y como lo afrontó para estar hoy en este punto de rendimiento y optimismo.
Asensio, una lucha de más de 330 días
No ha resultado sencillo, y eso que se pudo pensar que sí en su regreso. Tantas horas invertidas en la recuperación rompieron en estallido de felicidad tras 330 días, en el Madrid-Valencia de junio. Asensio, arropadísimo en la zona técnica por Zidane, no podía esconder su ilusión por lo que estaba por vivir. La alegría fue plena porque menos de 30 segundos después de pisar el césped mandaba el balón a la red en su primer contacto.
Lo más complicado, quedó claro enseguida, no era haber llegado así hasta ahí, sino mantenerse. El tanto levantó entre los medios y la afición unas expectativas seguramente alejadas de la realidad, dado de dónde venía. "Lo que tenéis que hacer es dejarle jugar", le defendería Zidane en rueda de prensa en noviembre. A Asensio le había costado rendir como antaño hasta el cierre de la temporada y le ocurrió también en el inicio de la presente, siempre señalado por no atreverse a encarar y chutar, dos de sus especialidades. Ahora, con el depósito de confianza lleno, es el décimo en minutos de la plantilla (1399) y lidera el ataque del Madrid, el paso previo para hacerlo en verano, en la Eurocopa, con el de España.




