Sin escupir ni hablarse, así fue el regreso de la liga coreana

A medida que Europa se acerca a dos meses sin fútbol tras el brote de coronavirus, una de las ligas más grandes de Asia, la K-League, ya proporcionó una visión temprana de cómo se verá el juego una vez que regrese. Para muestra, el duelo de la Jornada 1: la victoria del Jeonbuk Motors por 1-0 ante el Suwon Bluewings.

Con el balompié profesional ya reanudado en China Taipéi, Corea del Sur le siguió y comenzó la temporada finalmente el 8 de mayo. A pesar de estar geográficamente cerca de donde se originó el COVID-19, este país logró evitar los peores escenarios de la enfermedad con poco más de 10 mil infecciones y 250 muertes hasta la fecha.

El éxito surcoreano en la lucha contra el virus se debe en gran parte a las pruebas exhaustivas y al rastreo efectivo de los infectados, dos medidas que la K-League busca aprovechar al máximo.

Jugadores, cuerpo técnico y árbitros fueron sometidos recientemente a exámenes y todos arrojaron resultados negativos, por lo que el gobierno le permitió a la competencia avanzar. Dichas pruebas rigurosas se mantendrá y si un elemento da positivo, el equipo completo quedará en cuarentena durante dos semanas.

Los partidos también se disputaron por ahora sin aficionados, aunque las autoridades sanitarias flexibilizaron aún más las restricciones a partir del 6 de mayo, abriendo escuelas y museos, lo que podría significar que los fanáticos puedan reaparecer antes de lo esperado.

Previo a la suspensión en prácticamente el mundo entero, el Suwon efectuó un compromiso de la Liga de Campeones asiática en el que obligó a los asistentes a llenar una declaración jurada, someterse a controles de temperatura, usar desinfectante de manos en el estadio y portar cubrebocas. Es probable que se implementen medidas similares nuevamente cuando abran las gradas.

Se suponía que la campaña de la K-League empezaba a principios de marzo, aunque no resultó así debido a la pandemia. El número de encuentros se redujo de 38 a 27 y el sistema del descenso persistirá.

En el campo, a los jugadores no se les permite escupir, darse la mano e incluso se les ha sugerido el no hablar entre ellos para mitigar la propagación. "¿No escupir? Sin ningún problema, pero no comunicarse con los compañeros del mismo equipo es imposible", exclamó a los periodistas el capitán de Incheon United, Kim Do-hyeok. "Si no vamos a dialogar en el césped, mejor ni juguemos", añadió.

Los entrenadores igualmente deben usar un barbijo los 90 minutos, algo que el estratega del Suwon, Kim Do-gyun, cree que complica su trabajo. "Es cierto que es incómodo cuando intentas dar instrucciones. Sin embargo hay que acatarlo".

A raíz de la falta de fútbol en vivo en la mayoría del orbe, el interés por la transmisión en la K-League ha alcanzado alturas sin precedentes con acuerdos alcanzados en 10 mercados extranjeros, desde China hasta Croacia. El interés de los medios provino de Australia, Alemania, Francia, Italia y Estados Unidos, ya que las emisoras buscan recuperar la pelota en sus pantallas.

Sin embargo los fanáticos hambrientos de fútbol no serán los únicos que miren de cerca la K-League, pues varios torneos europeos van a vigilar cómo sale el experimento. LaBundesliga, la Premier League y la Serie A se mantienen en su postura de retomarlas, a pesar de que la Eredivisie y la Ligue 1 decidieron acabarlas.

Quedan varios signos de interrogación sobre cómo se puede jugar al fútbol de manera segura en un planeta que batalla en tiempo real contra una enfermedad tan mortal. La liga surcoreana contestará algunas de esas dudas en el futuro cercano mientras se fabrica una vacuna.

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