Zidane había esperado tanto a Isco, una de sus debilidades, que ya casi le daba por perdido. Titular en dos finales de Champions con el francés, el malagueño no tenía acceso al once desde hacía más de un mes, en la rotación suicida en la Copa, que acabó como acabó. Pero con el tren arrancando, Zizou aguantó un poco más y 'Magia' apareció en la estación. Su papel ante la Atalanta (0-1) puede recuperarle para un grupo necesitado de cualquier colaboración.
La presencia de Isco en la alineación en Bérgamo explica el planteamiento de Zidane,que decidió prescindir de Mariano para poblar la media y sobrevivir a las nueve bajas a partir del balón. Entre el único delantero de la primera plantilla que quedaba disponible, con sólo un gol en 474 minutos esta temporada, y la calidad de Isco, el técnico prefirió darle una vuelta de tuerca al 4-3-3. Usó al '22' de falso nueve, mediapunta y tercer centrocampista creativo, y el experimento le salió.
Isco, suplente en Champions desde hacía un año
En sus 76 minutos,Isco chutó dos veces, una con gran peligro cerca del descanso, y le sirvió un pase clave a Vinicius. Su relevancia en la circulación fue notable, con 87 toques, el que más del equipo excluyendo a los defensas, y dando un 87,30% de sus pases en campo contrario, donde más difíciles y útiles suelen ser. El andaluz desafió la característica presión rival, mermada desde la polémica roja a Freuler, y eligió para el 31,37% de sus conexiones a Kroos y a Modric, los vertebradores del juego del Real Madrid.
Pese al cuatro de cuatro en regates, sus continuos intentos por encontrar el hueco en el muro de Gasperini le llevaron a perder 22 balones. Lo compensó, sin embargo, con su trabajo defensivo: realizó tres intercepciones, igualado con Casemiro, y recuperó cuatro pelotas. "Hace tiempo que no jugaba tanto, y además en una posición que no es suya. Hizo un buen partido y sabemos lo que nos puede dar", analizó Zidane en rueda de prensa.
Un verano de despedida y una Eurocopa hoy imposible
Claro que lo sabía el entrenador, que por eso le sacó de inicio por primera vez en Champions desde el 26 de febrero de 2020 frente al City. La del Atalanta era la quinta titularidad del curso de Isco. Si mantiene al menos este nivel, no será la última. Le vendrá bien al equipo y a él, que pidió marcharse en enero y quiere hacerlo en junio. De ello depende el tipo de final a ocho años de éxitos y, quién sabe, una convocatoria para la Eurocopa, ahora mismo una quimera.
