Luis Suárez ya no es el dueño del área. Ernesto Valverde tiene otros planes para el delantero uruguayo y, aunque el Barcelona no lo sufre, el ex jugador del Liverpool protagoniza su peor inicio con la camiseta del conjunto azulgrana.
Padece Suárez lo que hace unos años Zlatan Ibrahimovic. Su brillo en el Camp Nou se está apagando para darle más luz -si cabe- a la figura de Lionel Messi. Lo mismo le sucedió al sueco, ahora en el Manchester United.
Con Guardiola en el banquillo, Ibrahimovic tuvo que aceptar que el equipo no iba a jugar para él. El Barça, con Messi haciendo de falso '9', experimento que se coronó con el 2-6 en el Bernabéu, fue uno de los mejores equipos de la historia azulgrana y Zlatan, acostumbrado a ser el número uno allá donde jugase, no tuvo más opción que resignarse a ocupar un rol secundario.
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Getty ImagesDesde la llegada de Valverde, Suárez tiene la misión de jugar por los costados, dejando el centro del ataque en manos de Messi. Evidentemente, esto ha perjudicado al internacional por la Celeste en términos de estadística, pero no al equipo ni al propio crack rosarino. De hecho, tras la Supercopa española, el Barcelona lo ganó todo en Champions League y sólo se dejó puntos en LaLiga al empatar a domicilio frente al Atlético.
Suárez ha marcado solamente tres goles en 11 partidos y promedia una diana cada 330 minutos, cifras ridículas para un futbolista de semejante envergadura. Y Messi es el goleador culé de la temporada, con diferencia. Aunque le enfade la situación, como le pasó anoche en la sustitución por Paco Alcácer frente al Málaga, el uruguayo no tiene ni tendrá nada negativo para decir sobre el argentino. Sabe que por Messi pasan todas las opciones de ganar títulos.
Tampoco tuvo Ibrahimovic un sentimiento de rencor para con Messi. "Leo es el mejor jugador del mundo, al Balón de Oro le deberían dar su nombre", diría tiempo después el también ex delantero del Inter y del Milan. Suárez, uno de los grandes amigos que ha recogido Messi en el mundo del fútbol, pensará de la misma manera. Especialmente si a la decisión de Valverde la acompañan campeonatos.