No pudo ser más inoportuna la nueva lesión de Ousmane Dembélé: justo en su mejor momento llegó el esguince en su tobillo izquierdo. Es una mala noticia para el Barcelona, que pierde al internacional francés para los compromisos con Sevilla, Valencia y Girona, y una responsabilidad extra para Coutinho, obligado a dar un paso al frente y a cambiar la dinámica en la que está inmerso desde hace tiempo.
"Coutinho nos da mucho, siempre lo intenta, igual no está marcando tantos goles como Dembelé, pero ojalá le lleguen los goles. Me quedo con que siempre lo intenta", decía Jordi Alba después de la victoria del domingo sobre el Leganés. Nadie duda de las ganas y del empeño que pone el internacional brasileño, pero su momento de forma no está a la altura de sus compañeros.
Ante el Leganés, Coutinho, que lleva casi tres meses sin marcar en Liga, vio cómo cada uno de los integrantes del tridente compuesto por Dembélé, Messi y Suárez anotaba un gol para el triunfo 3-1 sobre los madrileños. Entre los tres suman 53 goles (todas las competiciones): 25 del argentino, 15 del uruguayo y 13 del galo.
En contraposición, el ex del Liverpool no marca en la competición doméstica desde el 28 de octubre del año pasado, en el 5-1 sobre el Real Madrid. Tras ello, se fue 'seco' ante el Rayo Vallecano, el Villarreal, el Espanyol, el Levante, el Celta, el Getafe, el Eibar y el Leganés, y no jugó por lesión ante el Betis y el Atlético.
Su último tanto lo hizo por Copa del Rey, en la ida de los octavos de final frente al Levante, y penalti mediante (10 de enero de este año, derrota 2-1 en Valencia). Una sequía goleadora que ni siquiera disimuló con asistencias: desde aquel Clásico de octubre pasado sólo dio dos (ante el Eibar, el 13 de enero, y ante el Inter, el 6 de noviembre).
Si Coutinho firmó sólo dos goles y dos asistencias desde el 5-1 al Madrid, Dembélé anotó ocho veces y repartió tres pases de gol en el mismo período de tiempo. Un rendimiento que acabó haciendo titular al campeón del mundo en Rusia 2018.
Pero el problema principal no es su falta de gol (lleva 6 en los 27 partidos -1802 minutos- que disputó en la actual campaña), sino el escaso aporte ofensivo de los últimos meses.
Un mal síntoma que se nota, pero que en Barcelona prefieren ocultar. "Estamos encantados con Coutinho, lo que queremos es jugadores que no pasen desapercibidos. Y él no lo hace", dijo Valverde en la rueda de prensa posterior al partido del domingo. Se diga lo que se diga, Coutinho está obligado a reaccionar.


