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Rachid Mekhloufi, Rebel UnitedGetty Images / GOAL

Rebel United - “Francia, ese es usted”: la increíble historia de Rachid Mekhloufi, el hombre que renunció a un Mundial para ganar dos países

“Francia, son ustedes”, le dijo Charles de Gaulle a Rachid Mekhloufi. Era 1968. Mekhloufi acababa de llevar al AS Saint-Étienne a conquistar el doblete, y la recompensa fue una audiencia con el presidente.

“Francia, son ustedes.” Para Mekhloufi, aquellas palabras cerraban un círculo: ahora era tanto argelino como francés. Diez años antes, en cambio, no había sido del todo ninguno de los dos.

  • Entre la Copa del Mundo y la libertad de su patria: la encrucijada de Rachid Mekhloufi

    A comienzos de 1958, la situación en la colonia francesa de Argelia alcanzó un punto crítico. Tras años de dominio extranjero, el Frente de Liberación Nacional (FLN) intensificaba su lucha por la independencia. El ejército francés respondía con una represión brutal, mientras la selección nacional de Francia se preparaba con entusiasmo para la próxima Copa del Mundo en Suecia.
    Entre los convocados para aquel torneo figuraban dos futbolistas de origen argelino: Mustapha Zitouni, del AS Mónaco, y, por supuesto, Rachid Mekhloufi, la gran estrella del vigente campeón, el AS Saint-Étienne.

    Como muchos jóvenes talentos, Mekhloufi había cruzado el Mediterráneo en busca de un futuro en el fútbol profesional francés. Con apenas 17 años, llegó a Saint-Étienne para una prueba. “Cualquiera que entienda de fútbol reconocería la clase de Rachid con su primer toque de balón”, habría dicho entonces el entrenador Jean Snella.

    En su debut, Mekhloufi marcó tres goles. Desde ese momento, el mediocampista ofensivo —técnico, elegante y letal frente al arco— se volvió indispensable en el equipo que comenzaba a escribir su historia. A los 20 años ya era internacional con Francia y había llevado al Saint-Étienne a su primer título de liga. Pero apenas un año después, con solo 21, decidió abandonar su carrera prometedora y renunciar al sueño mundialista para sumarse a la causa de la independencia de su país.

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  • Soldados y jugadores de fútbol por la independencia de Argelia

    El Frente de Liberación Nacional (FLN) decidió utilizar todos los recursos a su alcance. La lucha por la independencia ya no debía librarse solo en el campo de batalla, sino también en el terreno simbólico. La idea era audaz: formar una selección nacional argelina en el exilio, que sirviera como herramienta de propaganda y orgullo para la causa.
    Ahmed Ben Bella, uno de los fundadores del FLN —y exfutbolista del Olympique de Marsella—, conocía bien el poder del fútbol para movilizar corazones y encender conciencias.

    En 1958, 33 futbolistas de origen argelino jugaban en clubes de la Ligue 1 francesa. Mohamed Boumezra, encargado de organizar el proyecto, los contactó en secreto con una pregunta que cambiaría sus vidas:
    “¿Estás dispuesto a dejar tu carrera en Francia para representar a Argelia en un equipo del FLN?”
    Muchos respondieron que sí, entre ellos los más destacados: Mustapha Zitouni y Rachid Mekhloufi.

    “Era la continuación de la lucha de los argelinos bajo el dominio colonial francés. Fue la forma más eficaz de demostrar que en Argelia había una guerra. Debido a la censura en los medios franceses, el mundo ignoraba lo que ocurría. Nuestra acción, nuestra partida, fue una prueba viva de que existía un movimiento y un conflicto real”, recordaría años después Mekhloufi en una entrevista con GOAL.

    La fuga secreta de los jugadores se planeó para las noches del 13 y 14 de abril de 1958, pero no estuvo exenta de complicaciones. Mekhloufi se lesionó en lo que debía ser su último partido con el Saint-Étienne y pasó la noche en el hospital. A la mañana siguiente, todavía en pijama, fue recogido junto a tres compañeros y conducido hacia la frontera franco-suiza.
    En lugar de interrogatorios, los policías fronterizos solo hicieron una petición insólita: autógrafos.

    Poco después, en Francia, comenzaron las sospechas. El 15 de abril, el diario L’Équipe titulaba: “Nueve futbolistas argelinos desaparecidos”. Algunos, como Hacene Chabri y Mohamed Maouche, no lograron escapar: fueron arrestados e impedidos de salir del país durante meses.
    Mientras tanto, los demás fueron llegando uno a uno a Túnez, donde el gobierno provisional argelino había establecido su sede. Allí se presentó oficialmente el equipo nacional del FLN, símbolo de una Argelia que todavía luchaba por existir.

  • Rachid Mekhloufi 1Getty Images

    Rachid Mekhloufi viaja con la selección de la FLN por el mundo

    Los clubes franceses anularon los contratos de los futbolistas involucrados, la federación los suspendió y la FIFA rechazó la solicitud de reconocimiento de la selección del FLN. Incluso llegó a amenazar con sanciones a cualquier equipo que se atreviera a enfrentarlos.
    Pese a las trabas, el equipo liderado por Rachid Mekhloufi disputó 83 partidos en 14 países durante los siguientes cuatro años. Se enfrentaron a clubes, selecciones regionales, equipos juveniles y también a selecciones nacionales absolutas, especialmente de Asia, el mundo árabe y el bloque comunista.

    En lo deportivo, el nivel del conjunto era sorprendente: podían competir con casi cualquiera. En sus primeros encuentros derrotaron a las recién independizadas Marruecos y Túnez, y más tarde llevaron su causa hasta Vietnam y China. Cada vez más jugadores de origen argelino que militaban en Francia se les unían en el exilio.

    “Éramos futbolistas profesionales que llevábamos a cabo una lucha política. Éramos rebeldes”, recordaría Mekhloufi años después.
    Aquellos jugadores se transformaron en embajadores de una nación que aún no existía, portando sus símbolos —la bandera, los colores, el himno— por todo el mundo.

    “El contacto con jefes de Estado, revolucionarios, ciudadanos y periodistas me abrió los ojos”, diría también Mekhloufi.
    “Antes era un tonto. Solo jugaba al fútbol con mis amigos, nos reíamos, perseguíamos chicas e íbamos al cine. Eso era todo.”

  • Rachid MekhloufiGetty Images

    Tras la independencia de Argelia, Mekhloufi regresó al AS Saint-Etienne

    Los antiguos compañeros de Mekhloufi no lograron conquistar el título en el Mundial de Suecia 1958: Francia cayó en semifinales.
    Y siempre quedó la pregunta flotando en el aire: ¿qué habría pasado con las dos estrellas ausentes?
    “Siempre he dicho que ese equipo era maravilloso y jugaba un fútbol hermoso. Sí, podríamos haber sido campeones del mundo. Por supuesto, es solo una hipótesis, pero ese grupo era muy fuerte, tanto futbolística como políticamente”, recordaría Mekhloufi en 2014, en una entrevista con GOAL.

    Lejos de guardar rencor, figuras como Raymond Kopa, Just Fontaine —goleador histórico del torneo— y otros compañeros les enviaron una postal desde Suecia.
    Incluso en Francia, comenzaba a crecer la comprensión hacia los jugadores argelinos: la sociedad empezaba a rechazar una guerra que se había vuelto insoportable.

    En 1962, Argelia consiguió finalmente su independencia tras los acuerdos de Evian.
    La selección del FLN se transformó en el equipo nacional oficial, y muchos de sus jugadores regresaron a Francia para retomar sus carreras.

    El Saint-Étienne, mientras tanto, había descendido a la Ligue 2. Pero con el regreso de Mekhloufi —ya convertido en símbolo y con apenas 25 años—, el club logró el ascenso inmediato, conquistó el título de liga la temporada siguiente, y sumó dos campeonatos más, coronando su resurgir con el doblete de 1968.
    Fue entonces cuando Charles de Gaulle, al recibirlos en el Elíseo, pronunció aquellas palabras que cerrarían un ciclo:
    “Francia, eso es usted.”

    Tras su retiro, Mekhloufi regresó de “su Francia” a su Argelia independiente, donde dedicó el resto de su vida al fútbol: fue entrenador, seleccionador nacional e incluso dirigente federativo.
    En el Mundial de 1982, estuvo en el cuerpo técnico de Argelia, testigo de una gesta y de una injusticia: primero la histórica victoria ante Alemania, y luego la infame “vergüenza de Gijón”, cuando Alemania y Austria pactaron un 1-0 que los clasificó a ambos y dejó fuera a los argelinos.

    En el otoño de 2024, Rachid Mekhloufi falleció a los 88 años.
    Pero su legado trasciende el fútbol: será para siempre uno de los rostros más humanos y valientes del movimiento de independencia argelino.