Forma parte de esa elitista y romántica lista de clubes ingleses que fundaron de manera organizada la Football League en 1888 e incluso nunca sobra recordar que ganó 3 Ligas en Inglaterra y que fue el precursor número uno del uso de luz artificial gracias a sus innovadores focos, catalogados de pioneros en el fútbol de las Islas, y claves para el crecimiento global del deporte rey, pues allí se inició la posterior creación de la Copa de Europa.
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Los Wolves son uno de los equipos más ‘ascensores’ de la historia del fútbol inglés y han pasado por todas sus divisiones. Tanto, que hace sólo 5 años, estaban en League One, la Tercera División inglesa. En aquél momento, el club pausó, revisó y pensó cómo retomar el buen camino, aunque todo se agilizó cuando encontró una base económica más solvente con la llegada del millonario Guo Guangchang en 2016 (Top Forbes 200 hombres más ricos del planeta).
Una de sus decisiones fue unirse a Jorge Mendes, el mayor agente del fútbol. Una relación que va mucho más allá del propio club, puesto que el dueño chino compró el 20% de la empresa de representación de Mendes, por lo que los Wolves se convertían en un proyecto conjunto de ambos. El Wolves es, por tanto, el lugar perfecto para que el agente coloque a futbolistas de la empresa que ambos lideran, usando el club para probar jóvenes, impulsar impulsar carreras de quienes necesitan un empujón o dar última opción a ese veterano que fue estrella…
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Una fórmula de éxito pero incluso investigada por la Federación inglesa debido a la presencia de empresas con intereses en el mismo sector que pueden alterar la competición. Ya que con Jorge Mendes al mando, en 2017 llegó como entrenador Nuno, y con él un desembarco de jugadores lusos imponente que pertenecen a la empresa que todos comparten. Llegaron 6 portugueses: Rui Patricio, Rúben Neves, Diogo Jota, Hélder Costa y Joao Moutinho. Este curso, también llegó Pedro Neto, pero es que además, los contactos del agente facilitan movimientos en todo tipo de mercados y futbolistas.
No por ello hay que ignorar la brutal temporada goleadora de un Raúl Jiménez disfrutando su mejor momento, de un Adama Traoré apuntando todas aquellas sensaciones positivas que imaginamos cuando era juvenil y la solvencia global de un equipo corto en efectivos y, por ello, poderosos en lo global. El tremendo trabajo de Nuno para, primero, ascender al equipo y, después, manteniendo base, rentabilizar cada detalle hasta ser un equipo siempre competitivo, merece recuperar un sueño. El de aspirar a cotas que hagan recuperar la senda de sus mejores días a la manada de los Wolves.