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Vinicius Junior maravilla y aprueba el “examen” de Melilla

Solari le dio la alternativa. Estaba bajo los focos. Todo el mundo estaba pendiente de Vinicius y el chico no falló. Santiago Hernán Solari, técnico interino del Real Madrid, le dio la oportunidad, le colocó en el once inicial y el ex del Flamengo dejó detalles de su clase. Brilló por momentos, rozó el gol y dejó muestras de su gran poder de desequilibrio. La pregunta del millón que se hacen muchos madridistas es, después de haber visto este partido: ¿de verdad este chico sólo estaba para jugar de vez en cuando en el Castilla?

Alegría y descaro. Vinicius Junior se mostró rápido, encaró y se ofreció a sus compañeros. Atacó los espacios, eliminó contrarios y fue desequilibrante. Apuntó maneras y aportó condiciones que al Madrid le estaban faltando en los últimos partidos: atrevimiento, alegría y descaro.

Asistencia y travesaño. Vinicius jugó de inicio junto a Lucas y Benzema. Fue de menos a más y acabó siendo el autor de la asistencia del segundo gol blanco, anotado por Asensio, y estuvo siempre cerca del gol. Sólo el travesaño evitó que se colase un disparo durísimo del brasileño que, incluso, pudo marcar en el tercer tanto, obra de Odriozola, de no haber perdido el equilibrio en boca de gol.

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Ocasión aprovechada. En líneas generales, demostró condiciones, visión de juego, velocidad y una gran capacidad para driblar. El club reclamaba más oportunidades para Vinicius, un jugador que costó 45 millones de euros más comisiones, y Solari accedió. Y el brasileño aprobó el test con buena nota. Jugó, por fin, 90 minutos completos con el Real Madrid y aprovechó su ocasión. Dejó regates eléctricos, profundidad y sobre todo, descaro. Sí, el rival del Real Madrid era un equipo de Segunda B y conviene no lanzar las campanas al vuelo, pero el brasileño jugó francamente bien.

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