EDITORIAL
La plantilla del Barcelona ya está definitivamente cerrada a pesar de que ha costado lo suyo. Las dificultades del Barcelona en encontrar buenas ocasiones de mercado tras ingresar 222 millones de euros por Neymar Da Silva y la demora en las bajas de los jugadores con los que no se cuenta, congeladas buena parte del verano al priorizar las incorporaciones, han marcado el primer verano a las órdenes de un Ernesto Valverde que ya tiene la plantilla deseada.
Se trata de 23 hombres, uno más que la temporada pasada, después de cuatro bajas y el regreso de Gerard Deulofeu y Thomas Vermaelen y la llegada de Nélson Semedo, Paulinho Bezerra y Ousmane Dembélé. El Barcelona ha resuelto incorporar a un futbolista por línea y con visos de aspirar a la titularidad desde el primer momento, y a pesar de haber perdido el brasileño considera que "esta plantilla es mejor que la del año pasado" según el presidente, Josep Maria Bartomeu.
Entonces Luis Enrique Martínez afirmó que "es la mejor plantilla que he tenido en mi vida" aunque luego solo lograra la Copa del Rey. Esta temporada ya no estarán Jordi Masip, Jérémy Mathieu, Marlon Santos o Neymar, además de Arda Turan, y tampoco Munir El Haddadi, Sergi Samper, Christian Tello y Douglas Pereira, que regresaron de cesión para volver a abandonar una nave azulgrana que ante el Espanyol vivirá su primer partido con la plantilla definitivamente cerrada a la espera de la posible cesión de Arda al Galatasaray.
El turco no contaba para Valverde, consciente de que la sobrepoblación en la media pudiera coartar la progresión del recién renovado Carles Aleñá, un jugador que irá ganando peso en el primer equipo a lo largo de la presente temporada, y no se descarta que otros, como el central Sergi Palencia o el carrilero zurdo Marc Cucurella, puedan tener minutos a las órdenes del 'txingurri', que ya tiene lo que quería: una plantilla relativamente corta para poder darles minutos a todos y aspirar a todos los títulos.
