OPINIÓN
Todo era armonía en la selección española durante esta Euro 2016 de Francia. Un juego exquisito, dos victorias frente a la República Checa y Turquía que clasificaron al equipo para los octavos de final, Andrés Iniesta maravillando al mundo, De Gea batiendo un récord de imbatibilidad, Barcelona y Real Madrid 'olvidados' y sus representantes remando en la misma dirección... Y Pedro abrió la boca.
El atacante canario sorprendió este lunes con unas declaraciones que poco sentido tienen en el ambiente de cordialidad que impera en la concentración española. Días después de que varios compañeros reconocieran que el grupo había recuperado el 'buen rollo' que por un tiempo desapareció, Pedro expuso a la opinión pública su versión más egoísta:
"Tenía otra expectativa cuando llegué aquí y no está siendo así, no es la que yo deseaba. Asumir este papel es difícil, si ya no ves continuidad no merece la pena seguir viniendo para hacer grupo", confesó el delantero tinerfeño en una entrevista para #0.
"Si no veo continuidad no merece la pena seguir viniendo aquí para hacer grupo. Difícil asumir este papel". #Minuto0https://t.co/F7jhKoa1xp
— #0 (@cero) 20 de junio de 2016
Ni siquiera haber matizado posteriormente que "ahora no es el mejor momento para hablarlo, por respeto a mis compañeros y mi entrenador" evitan hacer a uno pensar que Pedro se equivoca estrepitosamente al soltar en este momento de calma generalizada en la selección esta 'bomba' que sin duda enrarece el ambiente de compañerismo.
Sorprenden estas palabras viniendo de Pedro, un hombre que alcanzó la madurez en el Barcelona precisamente a la sombra de otras estrellas; un jugador que tuvo que salir del Camp Nou en busca de minutos en el Chelsea; un 'joven veterano' que acumula más de medio centenar de internacionalidades con España y que recientemente portó el brazalete de capitán. Ser líder de un equipo conlleva responsabilidades y Pedro, en un ejercicio infantil de egoísmo, ha podido tirar por la borda la labor por la que durante tanto tiempo se le ha elogiado.
Es momento para Pedro de pensar fríamente, pero no en él. Está a tiempo de rectificar, pedir disculpas públicas y asumir, como le toca, el rol secundario que durante esta Euro le ha concedido el entrenador Vicente del Bosque.
