Álvaro Morata no lo tuvo fácil desde que se anunció su fichaje por el Atlético de Madrid. Pese a pertenecer a una familia rojiblanca hasta la médula y aunque empezó formándose en las categorías inferiores del Atleti, su paso por el Real Madrid fue algo que muchos de los aficionados rojiblancos tuvieron muy en cuenta.
Sus declaraciones de amor al Atleti, sus gestos de celebración de goles con la rojiblanca y sobre todo su trabajo y esfuerzo por el club colchonero, hicieron cambiar la opinión de muchos de esos aficionados que le recriminaban su pasado.
Probablemente el gol de Morata en Anfield, el que sellaba el pase rojiblanco a cuartos de final, en un partido donde forzó para jugar incluso lesionado, y su gesto pidiendo perdón al sector donde se encontraban los 3.000 hinchas rojiblancos, llevándose además el dedo al escudo, habrá terminado por convencer a los más escépticos.
Getty ImagesNadie sabe a ciencia cierta por qué ese gesto de pedir disculpas a la afición de un Morata que es un jugador racial y de reacción inmediata. Unos especulan con que es para terminar de disculparse con quienes le increpan, otros con que se debe a una temporada un pelín alejada de lo esperado por mor de las lesiones e incluso hay quien lo señalan como perdón por el que estaba siendo su partido donde jugó lesionado y apenas podía moverse.
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En ese sentido, su padre, Alfonso Morata, explicaba en los micrófonos de la Cadena SER que “estaba lesionado, tiene un edema en los isquios pero se ha esforzado".