Leo Messi lo hizo todo en Sevilla. Por su culpa, y con otro hat-trick mediante, el Barcelona ganó al Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán y se escapó en lo más alto de la clasificación de LaLiga. Sin embargo, sus tres golazos tal vez no sean lo más trascendente de este sábado para los catalanes. El genio rosarino se guardó otra gesta para el final: resucitar a Luis Suárez.
La pésima racha del delantero uruguayo jugando fuera de casa en la Champions League, contexto en el que no marca desde 2015, lo puso nuevamente en el ojo de la tormenta tras el empate azulgrana en Lyon. Mucho se habló de la sequía del Pistolero, y hasta Ernesto Valverde le respaldó en su última rueda de prensa.
GETTY IMAGESSi las cosas no van bien para el internacional uruguayo en la Liga de Campeones lejos del Camp Nou, en LaLiga llevaba más de 400 minutos sin poder ver puerta. Antes de firmar el 2-4 del Barça en Sevilla, su último gol en la competición doméstica había sido contra el Leganés en Barcelona, el 20 de enero de 2019 y por la jornada número 20. Desde entonces, se 'secó' en los 19 minutos finales contra los 'pepineros', en los 90' contra el Girona, en los 90' contra el Valencia y en los 90' contra el Athletic, además de otros 30' contra el Valladolid.
Todo eso, sumado a los 90 minutos de este sábado (el gol llegó al 93), daba un total de 409 minutos sin poder convertir. Algo que ya empezaba a preocupar al barcelonismo, especialmente porque a la vuelta de la esquina está el Real Madrid (rival en los dos próximos partidos). Hasta que Messi dijo basta. El crack argentino se inventó una asistencia de genio y Suárez recordó qué era lo que mejor sabía hacer para acabar con esa preocupación.