Por Jorge C. Picón - Si hay un jugador del Madrid que está sufriendo con especial preocupación todo lo que está sucediendo en Ucrania ese es Andrey Lunin. El guardameta ha entrenado hoy con el resto de sus compañeros, haciendo gala de su profesionalismo, pero lo cierto es que está inquieto y, en cierto modo, inseguro con el bombardeo que Rusia ha iniciado esta madrugada sobre la ciudad de Kiev. Sus compañeros así como el cuerpo técnico se han interesado por él y se encargado de apoyarlo durante la sesión. Una vez finalizada, ha utilizado sus redes sociales para pedir ayuda a través de donaciones que irán destinadas a su país, tanto para las familias afectadas como para la reconstrucción de las zonas atacadas.
Lunin creció en el este del país, en la localidad de Krasnograd, a pocos kilómetros de la frontera con Rusia. En 2014, cuando era apenas un niño, vivió la crisis de Crimea. Ahora, desde la distancia, sufre un conflicto que ya azota a su región natal, Jarkov, donde se ha habido explosiones a lo largo de la noche. En el Metalist, equipo con más tradición de la zona, dio sus primeros pasos. Lunin no pierde contacto con sus familiares y amigos ucranianos, a los que ha ofrecido ayuda en caso de que la necesiten.
El Real Madrid también ha hablado con el guardameta para mostrarle su apoyo en estos difíciles momentos y ofrecerle una mano tanto para él como para el resto de su familia. Una situación con pocos precedentes, pero que no parece haber apartado del foco a Lunin, del que se hablan maravillas desde el seno del club por su trabajo y dedicación incansable. La de hoy, acudiendo a entrenar a pesar de todo, es una demostración más.