EDITORIAL
Cada vez que le toca medirse al Betis es una ocasión especial para Ivan Rakitic, el sevillano de adopción como le gusta definir su relación con la capital andaluza, con la que estableció un fuerte vínculo desde el primer día que llegó con veintiun años y conoció a Raquel Mauri, que sería su esposa. Hija de una familia fervorosamente sevillista, cada victoria del croata ante el Betis se celebra de una forma especial en su casa.
Cuando fichó por el Barcelona "mi suegro me dijo, que vale, buena suerte, pero cuando juguéis contra el Sevilla… pues, lo siento" según reveló el propio jugador en The Players Tribune. Rakitic ha ganado títulos con la camiseta azulgrana frente al cuadro andaluz, como la Supercopa de España, el más reciente. Quizá por ese motivo cuando se mide al Betis suele lucirse como demuestra el hecho de que el cuadro verdiblanco llega al Camp Nou siendo la víctima favorita del croata, el equipo al que le ha metido más goles, con un total de 5.
Porque se la tiene jurada al rival ciudadano del Sevilla. Hace años un penal suyo eliminó a los verdiblancos de la Europa League y participó en la última gran goleada de su ex equipo al Betis, el 5 a 1 de 2012. Vistiendo la casaca barcelonista no ha perdido jamás ante el equipo andaluz y apenas ha concedido dos empates. Consolidado desde hace años como un jugador indiscutible en el centro del campo barcelonista, esta tarde vivirá su propio partido ante un rival contra el que siente una motivación especial.
