EDITORIAL
Neymar Da Silva sigue poniendo en evidencia a la junta directiva del Barcelona. A pesar de que hace una semana el presidente, Josep Maria Bartomeu, asegurara que "nos esperábamos el adiós de Neymar" y que el club había planificado en función de esta posibilidad, una versión que el jueves su vicepresidente deportivo, Jordi Mestre, acabó de desmontar admitiendo que cuando el 18 de julio aseguró que "Neymar se queda al 200%" el club no tenía constancia alguna de su posible adiós y que no empezó a asumirlo hasta días después, ya en Estados Unidos.
Los jugadores, no obstante, lo sabían desde que el propio Neymar se lo dijera el pasado 30 de junio en la boda de Leo Messi. Mestre explicó que "una cosa es que lo supieran los jugadorespero ellos no hacen los contratos ni gestionan las renovaciones pero esto es tarea de la junta". Sucede que la junta estaba en fuera de juego, desconociendo cuán profunda era esta posibilidad que ni vislumbraban. "Neymar debería haber informado a la junta, porque que los jugadores lo supieran no es relevante porque no hacen los contratos" argumentó.
Y siguió. "Lo que deberían haber hecho Neymar y su padre es comunicarlo a la directiva, pero no decían nada" admitió Mestre, desmintiendo al mismísimo Bartomeu incluso. Es un hecho contrastado que la cúpula directiva del Barcelona no empezó a asumir la posibilidad de perder al brasileño hasta finales del mes de julio, en plena gira por los Estados Unidos. "Su padre decía que se quedaba pero él no decía nada y ahí nos pusimos alerta". Era demasiado tarde, en cualquier caso. A pesar de que "no queríamos que se fuera" Neymar hizo las maletas y se marchó a París.
Dos semanas después el Barcelona no tiene sustituto alguno más allá de poner una millonada sobre la mesa por uno entre Philippe Coutinho u Ousmane Dembélé. Estaba en fuera de juego en su adiós y se mantiene a la hora de abordar la reconsturcción del equipo.
