El oficialmente renovado Andre-Pierre Gignac. Ese es un nombre que José Francisco Torres nunca había escuchado.
En el verano de 2015, Torres, mundialista con la selección masculina de Estados Unidos en el 2010, formaba parte del plantel de Tigres, un club que quería alcanzar la cima del futbol mexicano.
Habían liderado la tabla durante el Clausura de ese año, pero sucumbieron en los cuartos de final de la Liguilla ante el eventual campeón Santos Laguna. Tan cerca, pero todavía distante de lo que podría haber sido su segundo título en cuatro años. Uno que realmente los hubiera confirmado como una fuerza creciente en México.
Así que a mediados de año, el cuadro regio causó sensación al traer la pieza faltante: Gignac. A priori, resultó una transferencia inusual. Los jugadores europeos generalmente no emigran a la Liga MX y, si alguna vez lo intentaban, ciertamente no llegaban en su mejor momento.
Pep Guardiola, Emilio Butragueño y Luis García probaron suerte en Dorados, Celaya y Puebla y Pumas, entre otros. También lo hizo el ícono portugués Eusebio, cuando la ex estrella del Benfica hizo una breve parada en Rayados como parte de una gira mundial al final de su trayectoria.
Pero lo de Gignac, desde el principio, se sintió diferente. En los cinco años transcurridos, la transferencia de Gignac se ha convertido en un punto de inflexión en la larga historia de la institución. Su fichaje inició un periodo de éxito sin precedentes, que ha convertido a la estrella de Francia en un fenómeno propio dentro de la cultura deportiva mexicana.
Getty/GoalHa llevado a los Felinos a cuatro títulos de Liga y, más recientemente, a la ansiada corona de la Concachampions, el primero de índole internacional en las vitrinas del equipo. Es el máximo goleador de todos los tiempos de Tigres, con 153 goles, y para cuando se retire, apunta al top 10, a pesar de militar la mayoría de su profesión en cuadros del Viejo Continente.
Las hazañas en las fases de eliminación directa le valieron el apodo de "Sr. Liguilla", y su deseo de abrazar verdaderamente la cultura de su país de adopción lo transformaron en una figura querida. En resumen, Gignac es un ícono y una leyenda foránea en México.
Sin embargo, en el verano de 2015, no era ninguna de esas cosas. André tenía experiencia previa en un Mundial (el desastroso Sudáfrica 2010 para Les Bleus), y sí, esporádicamente era internacional francés. Un jugador de primer nivel en la Ligue 1, pero al otro lado del Atlántico estaba lejos de ser un nombre rutilante.
De esa manera, cuando comenzaron a circular los rumores, Torres hizo lo que cualquier persona: meterse a YouTube. "Nadie sabía quién era", confesó a Goal. "Pero cuando escuché que venía al equipo, lo primero que hice fue buscar videos para ver con quién iba a jugar y cómo podía ayudarlo.
"Me pareció un delantero con olfato serial. Cada oportunidad que tenía, iba al marco o era gol. Me di cuenta que era letal delante de la portería y eso era algo bueno para nosotros porque necesitábamos un '9' con esas características".
GettyApenas tardó dos compromisos en estremecer las redes: le anotó al Internacional brasileño para clasificar a la final de la Copa Libertadores. Esa definición en la que River los batió, aunque el augurio lucía prometedor.
El Bomboro gritó 11 veces en el Apertura, su primer semestre en Liga. Accedieron a la Fiesta Grande, se mandó una chilena vs Chiapas y condujo a los norteños a un mano a mano frente a Pumas. Allí, el galó marcó en la ida y la vuelta en la frenética serie, y acertó en la tanda de penaltis.
La primera impresión del Gringo no pudo ser más precisa: Gignac era exactamente lo que requerían. Casi seis años después de su llegada, Dedé batió récords al por mayor, consolidando a los suyos como una potencia tanto a nivel nacional como en toda la Concacaf.
"Estaba destinado a cosas grandes", aseguró Torres, quien partió de Tigres en 2019 con cinco trofeos bajo el brazo. "A medida que pasan los juegos, los años, sigue siendo un gran jugador. Es un tipo que trabaja durísimo.
"Aún somos cercanos. Hablo con él ocasionalmente. Tengo una buena relación básicamente con todos mis excompañeros, pero él es un tipo diferente que está en un nivel diferente".
Eso no nada más ocurrió en el campo, también paredes afuera. Parte del atractivo de Gignac consiste en que eligió tanto a Tigres como a México.
La campaña anterior a su aterrizaje en el balompié nacional, sumó 21 'pepinos' con el Marsella. Unos números por encima de Zlatan Ibrahimovic y Edinson Cavani, otrora estrellas del París Saint-Germain. Pese a las ofertas de la Premier League, se decantó a sus 29 por un lugar exótico.
Desde el momento en que pisó México, no usó a la Liga MX como un trampolín ni una escala. Se sumergió de lleno en el país, y sus tradiciones y costumbres. Abrazó su papel en el futbol mexicano fuera de la cancha mientras dominaba en ella, ganándose el cariño de sus colegas y fanáticos por igual.
Getty“Llegué en 2015 con André y (Javier) Aquino”, recordó Jurgen Damm a Goal. “Gignac ya hablaba más o menos español, obviamente no como ahora, pero es un profesional en todos los sentidos.
“Le encanta ser muy bueno en todo. Quiso dominar el idioma porque iba a estar en México por mucho tiempo y para que le fuera más fácil poder comunicarse. Con el tiempo lo mejoró. ¡y hoy habla cual mexicano!
“Si algo tiene que ver con su éxito son la sencillez y la carisma. Su forma de relacionarse con otros compañeros es impresionante. Su trato siempre ha sido muy bueno desde que está acá. Hasta ahora ha sido el mismo chico y una persona equilibrada.
“El liderazgo siempre ha estado en su ADN. Es alguien que habla mucho en el vestuario. Apoya a los jóvenes y a los experimentados ".
Pero, hasta hace relativamente poco, todavía faltaba un logro en su currículum: la Liga de Campeones de la Concacaf.
Con la escuadra de Ricardo Ferretti disputó la final tres veces en cuatro años, cayendo ante América, Pachuca y Monterrey, respectivamente.
Sin embargo, eso cambió para el turbulento 2020. En una campaña de CCL que se extendió casi 12 meses debido a la pandemia de coronavirus, Gignac y compañía se toparon a Los Angeles FC, de Carlos Vela, quien competía con Monsieur por el calificativo del mejor jugador de esta parte del continente.
Tras ir atrás en el complemento, Hugo Ayala niveló el resultado al minuto 72. De allí en adelante, no se requerían dotes de adivino para intuir cuál sería el desenlace ni al protagonista.
Al 84', el remate de Gignac liberó la euforia de un elenco que había ganado prácticamente todo menos ese torneo. Muy apropiado que él se encargase de cubrirlos de gloria. Para Tigres, la cuarta fue la vencida y, para el héroe, su estatus de leyenda quedó sellado oficialmente.
"¡Finalmente ganamos esta pinche copa!", declaró un mexicanísimo Gignac. Con ese premio en la mano, la UANL ahora marcha hacia el Mundial de Clubes, donde lograron escribir aún más historia: ser el primer equipo mexicano en alcanzar la final del torneo.
El viaje arrancó positivamente vs el surcoreano Ulsan Hyundai. Y luego siguió de la misma manera ante el Palmeiras, campeón de la Copa Libertadores, rival al que venció por la mínima gracias al penal convertido por el delantero francés.
Citarse con el Bayern Múnich significó un territorio desconocido para un club mexicano. Sin importar el tropiezo en la final, lo de APG, a la postre campeón de goleo y Balón de Plata, y Tigres raya en la hazaña.
"Gignac no solo es un jugador de talla mundial. Hay un arquerazo como Nahuel Guzmán, una central muy sólida, un gran defensa como Carlos Salcedo, el mediocampo con Guido Pizarro y Carioca, buenos extremos, y adelante las nuevas incorporaciones como Carlos González", enfatizó Damm.
"Siento que es un equipo muy fuerte y competitivo con muchas posibilidades de hacer un gran actuación, y dar una sorpresa al mundo entero".
Equivale a una sorpresa, sin duda, pero cualquiera que haya presenciado el recorrido de Gignac en México no le extraña que lo haya conseguido. Otra oportunidad para engrandecer el legado de un hombre al que le sobran blasones.
Se trata de una de las incorporaciones más importantes en los libros de la Liga MX —junto a José Saturnino Cardozo y Cabinho, a quienes intentará superar en tres años—. Un fuera de serie que ha cumplido con lo que se le pidió apenas descendió del avión.
"Es un 'killer' donde sea", recalcó Torres. "Sea cual sea el equipo en el que esté, es el máximo goleador. Ahora mismo ha roto cualquier cantidad de récords.
"Es el mejor jugador de México en este momento. Es el mejor pagado y lo vale. Es una bestia, como el Black Mamba del fútbol".
Damm añade: "Es un modelo a seguir por donde va. Desde el principio, sentimos su presencia, calidad y goles. Es el fichaje más importante de la historia (de Tigres)".
Una leyenda, un líder y un amigo. La Mamba Negra de México, Míster Liguilla o el Rey de Tigres. Como deseen llamarlo, André Pierre-Gignac es un nombre que los fanáticos del fútbol mexicano jamás olvidarán.

