Ocho cambios, una tormenta fuertísima, un campo de juego comprometido... Era un partido con demasiadas variables como para esperar que este Boca muestre algo distinto ante Argentinos. Es cierto que Miguel Ángel Russo eligió poner un mediocampo con buen pie y un ataque con tres delanteros, algo que le dio resultado para cortar con la sequía en el arco contrario, pero no con la sangría del juego.
¿CÓMO SIGUE LA SITUACIÓN DE VILLA?
Ante el Bicho, el Xeneize llegó a un récord que hubiese preferido nunca alcanzar: el cabezazo en contra de Torrén tras un centro de Edwin Cardona llegó a los 23 minutos del segundo tiempo, alcanzándo así los 599 minutos sin marcar, la peor racha de su historia, superando los 544' de 2004. Fueron cinco partidos consecutivos entre el Torneo de la Liga Profesional, la Copa Libertadores y la Copa Argentina los que pasaron entre el tanto de Agustín Obando ante Unión y este último en La Bombonera.
Si bien es una buena noticia que el equipo haya podido sacarse de encima el peso de no poder convertir, lo cierto es que sigue en deuda en el juego. A pesar de la coyuntura del encuentro ante los de Gabriel Milito, los de Russo no mostraron nada superador y hasta exhibió algunos desajustes propios de un once con cambios sustanciales en todas sus líneas: hubo desajustes defensivos, poca gestación en el mediocampo -en gran medida por el estado del campo de juego- y el ingreso de Luis Vázquez no generó el efecto esperado.
¿Qué puede hacer Boca en este semestre? Si bien no está lejos de la punta -está a seis, pero pueden quedar a ocho- y el campeonato recién empieza, pareciera que su mejor opción es apostar a la construcción: consolidar a los juveniles, rearmar un plantel desguasado e intentar encontrar una identidad que, por ahora, no aparece. Pero la paciencia no suele ser un razgo que se encuentre con facilidad en Brandsen 805.
