Cuando Xavi llegó al banquillo del Barcelona, en noviembre de 2021, dejó claro su profundo vínculo con las ideas del club. En su puesta de largo como nuevo técnico, explicó su intención de seguir el legado de Johan Cruyff y Pep Guardiola. Dejo a las claras que un mito del Barça como él sabe que en el Barça no solo vale ganar, sino hacerlo con un juego de ataque y brillante.
El de Terrassa tenía la intención de devolver la gloria de antaño al Barcelona. Un discurso ilusionante para una afición que había sufrido el declive del equipo de la mano de Ronald Koeman. Los aficionados tampoco esperaban un regreso al futbol total de Cruyff o de Guardiola, pero se esperaban un equipo de Xavi divertido de ver.
Pero no ha sido precisamente un fútbol vistoso lo que se ha visto en el Spotify Camp Nou. A pesar del gran partido contra el Espanyol, que selló el título con una victoria por 2 a 4, en la gran mayoría de partidos se ha visto un Barça efectivo y aburrido. Esta versión ha servido para ganar el título de Liga con mucha contundencia y con una ventaja con el segundo que probablemente sea de dos dígitos.
La realidad es que el Barça de Xavi se ha parecido más a un equipo de José Mourinho que a uno de Guardiola. Y aunque este título de Liga ha sido sorprendente e ilusionante, puede que este proyecto no tenga un futuro tan brillante como se esperaba por las palabras del entrenador en su llegada al equipo.







