En una época en la que las diferencias entre las grandes potencias de Europa y el resto de los clubes del planeta no hace más que ampliarse, cualquier factor que permita acortar esa brecha antes de un partido es una buena noticia para el equipo que llega con las de perder. Como de costumbre, los favoritos para ganar el Mundial de Clubes son, primero, el campeón de la Champions League y, en segundo lugar, el campeón de la Libertadores. En este caso, Real Madrid y River .
A días del comienzo del torneo en Emiratos Árabes , hay dos cuestiones principales que permiten pensar que en 2018 un equipo de CONMEBOL podría cortar la racha de cinco títulos conseguidos por clubes de la UEFA de manera consecutiva. Por un lado, el hecho extraordinario de que la final de la Libertadores River se la haya ganado a Boca, con todo lo que eso representa, le dará un envión anímico muy superior al que ya tendría por el sólo hecho de coronarse a nivel continental. Y, por el otro, el momento de Real Madrid, diametralmente opuesto al que atravesaba a mitad de año cuando se consagró por tercera temporada consecutiva en la Champions, invita a creer que este año no habrá rivales invencibles en Oriente Medio.
Más allá de la mejoría que comenzó a exhibir en los dos partidos que disputó desde que Santiago Solari se hizo cargo del equipo en reemplazo del destituido Julen Lopetegui, es innegable que este Merengue es peor que el que el 28 de mayo pasado venció 3-1 a Liverpool en el estadio Olímpico de Kiev y consiguió su 13° corona continental. Y no solamente porque en el club blanco ya no están Cristiano Ronaldo , la gran estrella de aquel equipo, ni Zinedine Zidane, el arquitecto fuera del campo de juego, sino porque los futbolistas que brillaron en la primera parte del año hoy apenas si pueden iluminar.
El pobre juego mostrado por la Casa Blanca en estos meses, que lo llevó a encadenar cinco partidos consecutivos sin triunfos, lo dejó fuera de puestos de clasificación europea y llegó a su pico máximo en la estrepitosa goleada 1-5 contra Barcelona, dejó muy a la vista los puntos débiles de un equipo al que es muy fácil lastimar y le cuesta mucho recuperarse.
A pesar del cambio de timón luego de la derrota, con la levantada de la mano de Santiago Solari -quedó a 2 puntos de Barcelona en LaLiga- como en la Champions -clasificado a 8vos-, volvió a perder por 3-0 en el Bernabéu con el CSKA Moscú y le ganó por apenas 1-0 al Rayo Vallecano -anteúltimo en la tabla de posiciones- en el Bernabéu, que despidió a los jugadores con silbidos en ambos encuentros, justo antes de viajar a Abu Dhabi.
Las heridas recientes todavía estarán a la vista. Y del otro lado puede haber un rival muy hambriento.
