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Luis Alberto, entrevista a Goal: “He dado el paso para ser el jugador completo que siempre deseaba”

La temporada en el fútbol italiano buscaba y casi deseaba nuevos estímulos que hicieran crecer la expectativa de una Serie A mucho más disputada que en las últimas temporadas, de partidos que pudieran incomodar el paso casi dictatorial de la Juventus en los últimos años y, sobre todo, el paso adelante de clubes que mantuvieran el pulso al cuadro piamontés. No ha hecho falta más que media temporada para reafirmar que esta campaña 2019-20 va a ser distinta. En la pelea por el Scudetto, el Inter ya es una realidad competitiva para el trono nacional y la Lazio se alza cada vez con más consistencia en el siguiente escalón, ese que le hace capaz de cualquier cosa pero, sobre todo, ser la particular ‘Bestia Negra’ de la Juventus.

Este domingo, el equipo de Simone Inzaghi demostró una vez más estar en la dinámica más interesante de sus últimos años y es que desde que llegó hace tres temporadas, la evolución de la entidad biancocelesti es evidente: SuperCoppa 2017, Coppa 2018 y, propiciada por esa última alegría copera, una nueva SuperCoppa este pasado domingo, la de 2019 disputada en Arabia Saudi. Todo ello, convierte al equipo romano en el equipo que ha evitado todos estos últimos años que la Vecchia siguiera su camino impoluto repleto de títulos a nivel nacional.

Y más allá de que el rendimiento sostenido bajo la tutela de Inzaghi, ha ofrecido un salto competitivo en muchos de sus jugadores, la realidad es que la Lazio lleva más de una década siendo un club que contrata futbolistas de perfil medio-bajo pero que puedan tener un crecimiento exponencial o que incluso se asienten en la dinámica del club y echen raíces. Todo ello, producto, claro, de la falta de solvencia financiera de otras épocas y que, sin llegar a ser un equipo trampolín porque no genera grandes ventas cada curso, sí ha sido capaz de armar un bloque por encima de todo. La experiencia de años laziales de Radu-Lulic-Parolo, forma una base a la que se fueron añadiendo diferentes fichajes que, tras muchas probaturas, fueron los únicos que acabaron por asentarse. Muchos de estos nuevos intentos de refuerzo en el equipo, llegaban tras varias aventuras fallidas en otros clubes y quizás no demasiados les habrían dado otra oportunidad. 

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Puede que ese rol fuera el del español Luis Alberto cuando, tras expectativas juveniles en Sevilla y un paso  esperanzador por el filial del Barcelona, relanzaron su aureola de joven estrella con un fichaje por el Liverpool. Cesiones a Málaga y Deportivo, así como la dificultad para encajar, rebajaron aquellas altas pretensiones pero apareció el bote definitivo que toda estrella en ciernes necesita. Vía Roma, un nuevo estilo como el de la Serie A y una primera campaña de adaptación, sirvieron para que, en una versión más madura producto del paso de los años y de pensamientos más adaptados al fútbol del día a día, ofrecieron la explosión definitiva del andaluz que, actuando como interior de enorme llegada, despliegue ofensivo, protagonismo a balón parado y, sobre todo, punta de lanza para herir al rival con su talento individual y técnica depurada para filtrarse entre líneas, marcaron diferencias insospechadas ya basándonos en sus cursos anteriores.

El Luis Alberto de hace dos temporadas lo jugó todo, marcó más goles que nunca y llevó a la Lazio a rozar la clasificación a Champions League (se les marchó en el último partido del curso). El dolor por la opción perdida, dejó una campaña pasada difusa en la pelea liguera pero contundente en la Coppa, que ofrecía un rédito a ese gran proyecto que Inzaghi estaba creando. Un par de retoques y, sobre todo, la fuerza de un colectivo que siempre juega mismo esquema y con pocos cambios por no tener mucha variable de banquillo, ofrece un asentamiento ideal para quienes están en dinámica positiva y, por tanto, Luis Alberto ha vuelto a su mejor nivel. Quizás, el mejor de su carrera, siendo clave en cada partido, el valor para gobernar partidos, para herir al enemigo y para saber que, estando en el césped, una fantasía suya o un disparo poderoso, pueden trastocar todo. Jugador de ganar partidos. Es más, Italia lo disfruta y lo cubre de cariño, algo que demuestra el premio a Mejor Jugador del Calcio en Noviembre.

Este pasado domingo, la Lazio volvió a bailar a su ritmo. No sólo marcó el primer gol, sino que en una primera mitad donde los romanos debieron marcharse con mayor premio, fue quien marcó ritmos, lanzaba contragolpes, impulsaba presión alta y sacudía la medular juventina. Un show más, con título final.

“Yo creo que este tercer título aquí para mi y para este proyecto del club, es ya algo muy especial. El equipo está haciendo una temporada estupenda y no había mejor regalo posible para la Navidad que cerrar el año teniendo un nuevo título que premie a este grupo y al buen trabajo que la Lazio está haciendo”, recalca Luis Alberto apenas un día después de la finalísima de SuperCoppa donde fue decisivo y desde donde tomó vuelo hacia sus tierras jerezanas en busca de un pequeño descanso estos días.

“El míster (Simone Inzaghi) es el gran culpable porque llevamos casi 4 años y prácticamente todos seguimos siendo los mismos, poco cambia y nos conocemos muy bien. Eso es mérito del club y también del bloque que él ha creado. Confiamos en él y sabemos que este año podíamos dar un salto de calidad que estábamos esperándolo. Nos están saliendo bien las cosas, estamos compitiendo por todo, logrando un nivel muy alto que tenemos que mantener como sea para conseguir nuestro objetivo”, recuerda el español que, desde luego, fija en meterse en la próxima Champions ese deseo global de todos en la institución biancocelesti.

Ahora mismo, Luis Alberto suma 4 goles y 12 asistencias este curso, pero su gobierno y mando en los partidos, va más allá de estadísticas finalizadoras o del último pase. Es el jugador clave de esta formidable Lazio y sabe que está en su momento: “Yo me encuentro genial, casi como siempre pude disfrutar aquí. Con esa idea de dar mi mejor nivel y ponerlo al servicio del grupo. Pero uno sabe cuando el equipo está bien y ahora es la línea adecuada”, asegura. Y es que aunque asegura “siempre dejar a un lado los números” para valorar su momento, no esconde que ha “conseguido alcanzar el perfil de jugador completo que deseaba para poder estar compitiendo al máximo nivel”, por lo que sabe que ha “dado un salto adelante para estar preparado para cualquier cosa, aunque el míster y el grupo, por la confianza que me dan, es lo que lo hace más fácil”.

Y en ese contexto… ¿Dónde está el límite de esta Lazio?: “Pensar en Scudetto es algo que no sería razonable. Debemos olvidarnos de eso. Ir partido a partido y, desde abril, ver las opciones que tenemos, valorar los puntos y el camino que reste. Pero estoy seguro que si el equipo sigue compitiendo de esta manera y con esta mentalidad ganadora, al final, se lograrán las metas, seguro. Eso sí, si bajamos brazos, nos hacen dar un paso atrás y no podemos permitirlo, que sabemos que en los últimos años perdimos nuestras metas por no ser fuertes hasta el final. Creo que hemos aprendido y no nos pasará”. Admite, sabiendo que este proyecto habría llegado a mejores retos sin ese bajón en momentos concretos.

Hace dos años, su gran punto físico y su explosión creativa entre líneas, le llevaron a ser convocado con la Selección Española, aunque luego no pudo disputar el Mundial. Ahora, sus últimos meses de temporada a este enorme nivel, coincidirán con las convocatorias decisivas de Luis Enrique para la próxima Eurocopa 2020. Y Luis Albero está especialmente motivado con que el ruido que está armando en la Serie A sea suficiente para llamar la atención de quienes decidan que vuelva a vestirse con la Roja: “Mis retos individuales son siempre jugar, dar más y mejorar, pero claramente el deseo número uno, está claro, es siempre estar a un alto nivel para alcanzar la Selección Española. Vestir la camiseta de mi país es algo grande. Sé que estoy bien, tengo que seguir así, aportando y buscar mi nivel alto para estar en esa última lista para la Eurocopa. Después, son decisiones del míster, que tiene que elegir quien le conviene más a su estilo. Sería una ilusión y un sueño cumplido, más aun con una Eurocopa. Así que a seguir trabajando para tener opciones”, asegura Luis Alberto, consciente de tener posibilidades siempre que su nivel siga manteniéndose como pilar diferencial de esta gran Lazio.

   
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