ANÁLISIS
El Barcelona ya está listo para la acción. O debería estarlo después de un cierre de mercado sin sorpresas de última hora. La negativa tanto del Ajax como de Frenkie De Jong así como del Manchester United a la hora de discutir una posible salida de Paul Pogba han impedido que hubiera ninguna incorporación de última hora, lo cual también ha invitado a la cúpula técnica del Barcelona a mantener a Rafinha Alcántara en el equipo a pesar del creciente interés del Betis las últimas horas. Así las cosas, Ernesto Valverde ya sabe que tendrá a disposición un total de veinticuatro jugadores para afrontar el asalto a "todos los títulos", el objetivo del Barcelona.
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No estará Andrés Iniesta, faro del equipo en las últimas temporadas, pero Leo Messi seguirá tirando del carro. De nuevo, la premisa es rodearle de jugadores de nivel para lograr aspirar a todos los títulos. Porque a priori los cuatro futbolistas que han llegado, Arthur Melo, Malcom Silva, Clément Lenglet y Arturo Vidal deben ofrecer un rendimiento mayor que el que permitían André Gomes, Gerard Deulofeu, Yerry Mina y Paulinho Bezerra, por citar perfiles similares, aunque tampoco hay que olvidar cómo el Barcelona, agotada la confianza en Paco Alcácer, ha vuelto a dar una nuva oportunidad a Munir El Haddadi, que regresa tras un año cedido al Alavés, igual que Rafinha Alcántara, que hace lo propio tras el préstamo al Inter.
El objetivo es ganar según dijo Messi, nuevo capitán del equipo tras la salida de Iniesta, en la presentación del equipo. La obligación, competir como no se hizo la temporada pasada en el Olímpico de Roma. Y para ello el Barcelona ha optado por aumentar el nivel de la segunda unidad, de los jugadores del banquillo, con futbolistas capaces de discutirle a los presuntos titulares un lugar en el once, además de aumentar, como era el deseo del entrenador, las variantes tácticas del equipo. El once titular está muy claro, a día de hoy.
El rendimiento que presenten los nuevos así como la gestión que haga Valverde del equipo serán decisivos a la hora de aspirar a todo a pesar de que la temporada pasada se puso de manifiesto que a veces hay que elegir. Porque no tiene demasiado sentido que Messi a los treinta años se trague la Copa del Rey entera cuando no lo hacía cuando tenía veintiún años y acababa de recibir el 'diez', lo cual acabó comprometiendo el nivel del equipo en las eliminatorias de la Champions League. Esta vez Valverde tiene alternativas en el banquillo para confeccionar onces potentes también en esta competición.
Los suplentes tienen calidad y hambre, eso es evidente. A priori y a pesar de perder a Iniesta el Barcelona tiene mejor plantilla esta temporada, que da continuidad al proyecto que la temporada pasada ganó el doblete. Además, Valverde podrá contar de entrada con Philippe Coutinho, que la temporada pasada no pudo participar en azulgrana durante las eliminatorias por haber jugado la fase de grupos con el Liverpool.
Y tampoco hay que pasar por alto el buen inicio de Dembélé, que el año pasado vivió una temporada marcada por las lesiones y que este año puede marcar diferencias en Europa igual que está haciendo en el tramo inicial de temporada en la Supercopa de España y en la Liga.
Una por una, Valverde tiene dobladas todas y cada una de las posiciones del once a excepción de los laterales. Sin embargo, por la derecha alternará a Nélson Semedo y a Sergi Roberto mientras que por la izquierda confiará en el prometedor zurdo del filial, Juan Miranda, que ya despuntó en la pretemporada en Estados Unidos y que hasta ha pasado por delante de Marc Cucurella, un año mayor y que acaba de cerrar su cesión al Eibar.
A todo ello añadan la recuperación de Carles Aleñá, este año jugador del primer equipo a todos los efectos una vez esté en condiciones de jugar tras su lesión, y la proyección de Riqui Puig, también desde el filial, para soñar con un Barcelona capaz de interpretar múltiples estilos pero siempre con el denominador común de tener a Messi en el eje de todo, lo cual es garantía de éxito. O, por lo menos, así lo esperan tanto el barcelonismo como el propio Valverde.