Sergio Romero ArgentinaGetty Images

Chiquito Romero volvió a su verdadero club: la Selección argentina

Sergio Romero se acostumbró a tener poco rodaje en sus clubes. Este semestre, Chiquito vuelve a saberse suplente de David De Gea desde el día uno y parece que deberá conformarse con ser el arquero de Manchester United solamente en los partidos de Copas locales. A finales de septiembre, frente a Derby County, recién pudo disputar sus primeros 67 minutos oficiales de la temporada 2018/19: en ese choque por la Capital One Cup arrancó como titular, pero se fue expulsado por una falta a destiempo sobre un rival. No se trata de un caso aislado: desde el día en que llegó a Monaco para el inicio de la temporada 2013/14, hasta este último encuentro en Inglaterra, atajó apenas 59 partidos entre sus pasos por el conjunto monegasco, Sampdoria y los Diablos Rojos. 

En el mismo lapso de tiempo, el misionero se puso la pilcha de titular de la Selección en 66 oportunidades. 2016, entre la Copa América Centenario y las Eliminatorias, resultó su año más activo: 15 partidos con apenas 11 goles en contra. Casi ninguna de las veces que la pelota tocó la red tuvo una responsabilidad obscena y casi siempre resolvió con sobriedad, en un equipo nada sencillo para atajar: salvo pequeñas excepciones, Argentina suele ser un conjunto que ataca mucho y al que le llegan poco. Aún así, quien fue el capitán en la goleada ante Irak, en lo que significó su retorno al arco de la Selección luego de aquella lesión contra España que lo dejó sin Mundial, siempre parece estar en el centro de todas las miradas, cuestionado por su falta de continuidad a nivel clubes.

Gerardo Martino, Edgardo Bauza y Jorge Sampaoli, cuando asumieron en la Albiceleste, tuvieron la misma postura: públicamente, reconocieron que estudiaban la posibilidad de sacarle el arco a Chiquito por su falta de rodaje. De hecho, en una charla, el Tata esbozó la posibilidad de hablar con Víctor Blanco para pedirle que repatriara a Romero. Ese pensamiento ocurrió en La Serena, donde concentraba el equipo que disputó la Copa América 2015. Entre uno y otro torneo, Chiquito pasó a Manchester United, pedido por Louis Van Gaal, a quien había tenido en AZ Alkmaar. David De Gea coqueteó con ir a Real Madrid y, en el medio, tuvo problemas legales que lo obligaron a preservarse. Ahí, Romero tuvo algunos partidos. No más. Pero un año después, Martino, en San José, antes del debut contra Chile por la Copa Centenario, opinó exactamente lo contrario. Al conocerlo, se había dado cuenta que el arquero no necesitaba esa continuidad .

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La Selección argentina es, para Romero, su club. Juega con la celeste y blanca desde los 15 años y aprendió a manejar la presión de un país detrás. No sólo ataja efectivamente, si no que Chiquito es, detrás de Lionel Messi y con Javier Mascherano ya retirado, una de las referencias del grupo y clave para sostener los días malos de este equipo . "Debe haber sido una calentura, ya veremos si juega o no", dijo, al enterarse que el 10 había renunciado tras perder en Met Life. Un visionario, podría decirse, pero faltaría a la verdad: el arquero, en ese instante, sabía que había que bajar los humos. Manejar a un plantel que sufrió siempre es difícil y él está en eso : desde ahí, también, fue uno de los encargados de tomar la decisión de no hablar más con la prensa, luego de que Ezequiel Lavezzi fuera denunciado, falsamente, de haber dado positivo en un control antidóping por consumir marihuana.

No es ésta una enumeración de lo que es Romero en la Selección: es subrayar su capacidad para sobrellevar la presión de ser el arquero de Argentina. Eso destacaba, en Estados Unidos, Gustavo Piñero, exentrenador de arqueros de la mayor: "Por el tipo de personalidad que tiene: lo ves igual jugando al básquet en el jardín del hotel que poniéndose los guantes para jugar la final de un Mundial ". Podría ser un detalle, pero hace no mucho tiempo Romero superó al Pato Fillol en cantidad de presencias bajo los tres palos como titular, con nada menos que 94 partidos jugados. Las estadísticas se miran como se quieren: ¿valen los clubes o la Selección para la Selección? 

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