Cuando Facundo Tello anunció que suspendía el encuentro en La Plata, todo Boca celebró: la postergación del partido ante Gimnasia le viene como anillo al dedo al equipo de Guillermo Barros Schelotto, que se juega su futuro en la Copa Libertadores y tiene la posibilidad de ser campeón ante su gente.
Y es que frente al Lobo el Mellizo tuvo que meter varios cambios, como por ejemplo no poner a Carlos Tevez desde el arranque, ya que el miércoles el Xeneize visitará a Junior en Barranquilla por la fecha 5 del Grupo H de la Copa con la obligación de ganar para seguir con chances de clasificarse a octavos. Y la postergación de la fecha 25 de la Superliga por las intensas lluvias en Buenos Aires no sólo le dieron al técnico la posibilidad de disputar este duelo con todos sus titulares, si no que le permitieron a Boca llegar a este partido en Colombia de mejor manera física: de haberse disputado el partido en La Plata, el estado del campo de juego y el clima hubieran sido una enorme carga para el conjunto de La Ribera.
Además, las condiciones del césped hubieran equiparado, de alguna manera, las enormes diferencias futbolísticas que hay entre un equipo y el otro, aumentando las probabilidades iniciales de sacar un mejor resultado para el Lobo (más allá de que en el fútbol nada puede pronosticarse antes de que se juegue).
Por otro lado, además de beneficio "deportivo", la postergación del encuentro en el Bosque significa para Boca la posibilidad de ser campeón en La Bombonera y ante su público. Es que, si Godoy Cruz no vence a Argentinos Juniors el sábado en La Paternal, el Xeneize podrá consagrarse ante Unión el domingo a las 17.45.
A pesar de que el partido frente a Gimnasia se jugaría recién el 9 de mayo, Boca ya ganó sin haber salido a la cancha.
