Ahora sí que sí. En el eterno partido a partido de Diego Pablo Simeone, un calendario donde ninguna hoja se pasa antes que la siguiente, no queda nada que separe este sábado de volverse a ver las caras con la Juventus en la enésima "final" de Champions League para el Atlético de Madrid.
Los rojiblancos se han impuesto por la mínima al Leganés (1-0) gracias a un solitario gol de Saúl Ñíguez en la segunda parte, que ha aprovechado el rechazo de una pena máxima que se encargó él mismo de fallar; o mejor dicho, que se encargó Lunin de repeler.
A pesar de la insistencia de Simeone por remarcar el partido a partido, desde el inicio se ha notado que la mirada estaba puesta más en Turín que en Madrid, y es que el 'Cholo' ha dejado en el banquillo a hombres como Saúl o Morata, además de los lesionados y sancionados para la cita, que no eran pocos.
Entre unas cosas y otras, un once poco habitual. Además, en el descanso Griezmann ha dejado su lugar a Thomas Lemar... con empate a cero aún en el marcador. Más hablan los hechos que las palabras.
Pero a fin de cuentas, los menos habituales también han dado el callo y se han encargado de dejar los deberes hechos en Liga antes de poner rumbo a Italia. No sin sufrir con ese 1-0; pero quien es maestro de esto sabe que en el alambre se vive mejor.
En resumen; el Atlético se pone a cuatro puntos del Barcelona en la carrera por el liderato -aunque los blaugranas juegan ante el Rayo Vallecano esta misma tarde- y acuden al Juventus Stadium en uno de los mejores momentos de la temporada. Solo queda rubricar ante la Vecchia Signora la supervivencia en Europa.