Lo que nació en Bruselas, se murió en Valladolid. Aquel fantasma que despertó el narigudo Schwarzenbeck con un conjuro maldito sobre Miguel Reina se lo tragó el sábado la tierra bajo el césped del José Zorrilla. Una leyenda negra alimentada por años de penurias y mediocridades que fue el elefante en la habitación de cada desgracia colchonera y al que los goles de Luis Suárez en la pasada semana y media se le clavaron como balas de plata en el pecho.
El dichoso cuento del ‘Pupas’, aquel hombre del saco mórbido que se comió durante años las ilusiones atléticas, ha quedado oficialmente exorcizado tras una temporada que se puede analizar a través de muchos prismas, pero jamás desde el fatalismo. Porque los rojiblancos han jugado muy bien por tramos, pero es que además han tenido suerte en demasiados momentos en los que antaño la moneda enseñaba cruz.
Se han salvado de goles de penalti en contra casi sobre la bocina, han sanado brotes de coronavirus, han conservado marcadores milagrosos y hasta se han dado el lujo de terminar la agónica peregrinación con dos remontadas épicas. Pruebas todas de que los de Simeone le han aguantado la mirada a la tragedia pero de que también han atraído el éxito con ese empaque ganador y esa inercia infatigable que muchos creen propiedad exclusiva de sus vecinos de la Castellana.
Usar el apelativo ‘Pupas’ ya sólo quedará para nostálgicos y malintencionados. El fútbol todavía reserva muchas curvas (y algún topetazo) en el provenir atlético, seguro, pero la manera de proclamarse campeón de la Liga de la pandemia, sin su público, es de todo menos digna de un cenizo.
Tuvo que ser Simeone el que, mejorando lo más selecto del libreto de Luis Aragonés, terminara de devolver a la institución ese gen triunfante que muestran las vitrinas de su museo. “Durante las últimas cinco jornadas, cada mañana los empleados del club saludaban a los jugadores con un ‘vamos a salir campeones’ en vez de dar los buenos días”, confesó el Cholo en rueda de prensa. Lanzadas como esa fueron las que mataron al dragón que atemorizaba al ciudadano colchonero.
‘Pupas’, descanse en paz. Nadie en el Metropolitano te echará de menos. Alguien te dará cumplida sepultura en un viejo cementerio indio a orillas del Manzanares, en un féretro portado a hombros por Tamudo, Sergio Ramos, Dani Carvalho y el fiscal Castresana.
Fran Guillén