Por Jorge C. Picón - El Real Madrid ha cerrado con Tchouameni a un jugador fundamental para el futuro de la entidad. La dirección deportiva lo sabía y de ahí el interés creciente por el francés a lo largo de la temporada. Ha sido objetivo desde hace meses y siempre ha habido optimismo respecto a su fichaje, aunque el precio ha subido en el tramo final con la entrada de PSG y Liverpool. Los 80 millones más variables que se ha gastado el club blanco se han pagado sin ninguna sensación de remordimiento teniendo en cuenta los informes que había sobre él y viendo su inalterable deseo de jugar de blanco.
Tchouameni es la pieza que faltaba para formar un medio del campo que reemplace a la CMK en el futuro. Si bien parecen quedarle uno o dos años de buen fútbol a la sociedad legendaria que forman Casemiro, Modric y Kroos, el club ha preferido adelantarse a los acontecimientos y tener ya en plantilla a tres jugadores que empiecen aprendiendo de los maestros y que, en un tiempo, lleguen a ocupar sus puestos. El ex Mónaco, junto a Camavinga y Valverde, le dan a la sala de máquinas del Madrid un aire diferente, más físico e intenso. Estos dos últimos ya han sido muy importantes este curso, el segundo hasta ganarse la titularidad en el tramo final. Tchouameni tiene ahora la difícil tarea de ganarse la confianza de Carletto y hacerse un hueco en la rotación.
¿El nuevo Casemiro?
El francés llega para hacer de Casemiro. Se trata de una posición en la que el Madrid lleva mucho tiempo tratando de buscar una alternativa al brasileño, pero nunca ha dado con la tecla. Tanto es así que cuando ha faltado por lesión o sanción el elegido para ocupar el puesto ha sido Kroos. Camavinga, al que muchos apuntaban como sustituto, ha demostrado ser más apto jugando como interior, si bien en algún momento ha dejado buenos minutos actuando en el pivote.
Las características de Tchouameni se adaptan mejor a la posición. Es un jugador más correcto en lo táctico y con una capacidad para el robo fuera de lo normal. De ahí que haya sido el futbolista que más veces ha recuperado la posesión para su equipo (262) esta temporada en la Ligue 1. Si bien de momento no tiene la lectura de juego que puede tener Casemiro, lo reemplaza con un físico imponente que le ayuda a tapar cualquier hueco.
Pero no solo destaca en la fase defensiva. Tiene clase y control de balón como para sacar la pelota jugada mediante pases en corto y en largo. Su porcentaje de acierto en la entrega este curso es del 86,6% (ha completado 1789 de 2065). También se anima con las conducciones cuando se lo permiten. Es, por si fuera poco, un buen llegador al área rival, como demuestran sus tres goles y dos asistencias en Ligue 1 este año.
La papeleta de Ancelotti
Carlo Ancelotti tiene la difícil tarea no solo de colocar a sus jugadores en el terreno de juego, sino también de repartir minutos de la forma más efectiva posible. El año pasado no abogó por las rotaciones hasta el final de curso, una política arriesgada pero que le funcionó a la perfección. De momento, cuenta con cuatro suplentes para la medular si, además de Tchouameni, Camavinga y Valverde, tenemos en cuenta a Ceballos que todavía tiene opciones de seguir. En total son siete jugadores para tres puestos (cuatro si Carletto opta por un 4-4-2).
Tchouameni llega a ganarse el puesto y ahora dependerá de él ser o no importante. En el Madrid están convencidos de que así será. De que han fichado a un mediocampista para una década. El madridismo puede estar tranquilo que la CMK empieza a encontrar reemplazo.


