La Selección mexicana sufrió uno de esos golpes que duelen, y perdió la final del Final Four con marcador de 2-3 ante Estados Unidos, dejando escapar así su primer título oficial del 2021.
El sabor en el paladar es sumamente amargo , debido a que los dirigidos por Tata Martino tuvieron un buen funcionamiento en lo general, y pese a no merecer del todo caer, tres terribles errores defensivos terminaron condenándolos.
El timonel argentino abandonó los experimentos y regresó al 4-3-3 de siempre, encontrando una gran versión de Jesús Manuel Corona y Chucky Lozano. A la altura estuvieron también Memo Ochoa y Héctor Herrera, de lo más luminoso de esta contienda.
Sin embargo, existieron dos nombres propios Tricolores que se robaron la contienda: Edson Álvarez y Diego Lainez , auténticos protagonistas en el esquema Tricolor. El Machín entregó su mejor cotejo vestido de seleccionado, recuperando cualquier cantidad de pelotas, metiendo la pierna y sobre todo, mostrando mucha personalidad para hacerse con la media cancha. Por su parte, el jugador del Betis fue sumamente desequilibrante y anotó el 2-1, encarando en múltiples oportunidades y desquiciando a la defensa norteamericana.
Los nombres propios brillaron en cúmulo. Sin embargo, el problema para el Tri vino en zona defensiva , teniendo costosos errores que lo dejan con ganas de levantar el trofeo, y mucho que reflexionar para el futuro cercano.
Dos de los tantos de Estados Unidos llegaron desde tiros de esquina. Martino apostó por el marcaje en zona, que resulta eficiente para sacar jugadas con peligro, pero si no está trabajado correctamente, hace totalmente responsables a los zagueros por no anticiparse.
El Tri perdió todos los tiros de esquina que disputó, mostrando una fragilidad defensiva que preocupa y que en un partido más importante podría penalizarlos aún más. Un partido en la Copa del Mundo perdido desde un balón parado dolería muchísimo, pues es algo elemental en el futbol moderno que debe manejarse mejor.
En el tiempo extra, Carlos Salcedo derribó en el área a Christian Pulisic, y aunque el árbitro acudió a revisar la jugada en el VAR, su determinación fue un penal que terminó siendo el punto fino que definió esta apasionante contienda.
Las sensaciones futbolísticas de México no son malas, pero perder con tres errores tan claros siempre deja preocupación y mucho que trabajar. México tiene una gran generación con un pequeño punto negro: Nadie en la defensa parece levantar la mano para afianzarse definitvamente de esa zona.