River Nacional Cuartos de final Ida Copa Libertadores 2020AFP

River ya no sale de memoria, pero casi nunca falla

Seguramente no hayan sido pocos los sorprendidos al conocer la formación titular de River. No por el ingreso de Leo Ponzio por el contagiado Enzo Pérez, aunque el nivel de Bruno Zuculini le daba ciertas chances de ser el 5, sino por los movimientos en defensa y el mediocampo, con las llamativas salidas de Pinola y Casco, dos históricos, para terminar con la duda Díaz o Rojas y, de paso, sumar a Carrascal en la faz ofensiva. Claro está, estos movimientos de fichas de parte de un inquieto Marcelo Gallardo se transformaron en una constante post pandemia, al igual que conseguir resultados en función a esas modificaciones.

¿Qué resultado necesita River para pasar a semifinales de la Copa Libertadores?

Línea de cinco, de cuatro, líbero y stopper; internos, extremos, con 9 de área, sin referencia. Algo no conforma al Muñeco en la Copa Libertadores, donde la instancia actual no es justamente la que permite pruebas, porque un paso en falso y todo se termina. Pero el plus del Millonario son los equilibristas: Nacho Fernández, de flojo nivel y permanentes problemas musculares, encontró en Carrascal quien lo releve en su tarea; ante la sequía goleadora de Borré, bienvenido fue Julián Álvarez, ahora devuelto al banco de suplentes, o De La Cruz o hasta el aporte defensivo con el Sicario Rojas cada vez más afirmado como caudillo. Y Montiel, a la postre el goleador del partido, es el que jamás desentona.

Como se mencionó, fue el 10 quien más extrañó a Enzo Pérez, quien le permite ocupar otros espacios con la dinámica que Ponzio, mucho más posicional en esta etapa final de su carrera, ya no posee. Sin su manija, durante algunos lapsos del partido fueron necesarios los arrestos individuales que no terminaron bien. Nacional, por su parte, tiene un libreto. Esperar, contragolpear y que sea lo que sea. Desprecia la posesión, no busca asociaciones y apela a la potencia de Bergessio. Hasta la primera mitad le había salido bien, pero en Avellaneda, Armani estuvo prácticamente de más durante el segundo tiempo.

El artículo sigue a continuación

El 2-0 permite ilusionarse con una nueva semifinal, la cuarta de manera consecutiva. Una noche con el VAR como protagonista, que le guiñó el ojo para el penal dusoso que el 9 desperdició, volvió para nivelar las decisiones arbitrales al anularle el gol a Suárez y, le dio herramientras para cobrar la mano de Laborda y, en la última del partido, habilitó el tanto de Zuculini, con una aparición en el área chica tan inesperada como la del partido ante Godoy Cruz del sábado, que a primer golpe de vista parecía en evidente posición adelantada. Termine como termine esta historia, los hinchas no repetirán un once de memoria, pero podrán decir que, con 14 o 15 titulares, Gallardo volvió a acertar.

Anuncios