No es ninguna casualidad que, más allá de alguna excepción aislada, River sea el único equipo argentino con presencia constante en algunas de las selecciones del continente. Y no es casual entonces que, cuando Marcelo Gallardo los tiene disponibles y con "flechita para arriba", pase por arriba a sus rivales jugando a un ritmo casi insostenible.
A excepción de David Martínez, el Muñeco tuvo a todos: a Armani en el arco, a Paulo Díaz y Robert Rojas en la zaga, a Nicolás De La Cruz en el medio, a Julián Álvarez en ataque. Pero esos son solo los actuales: Enzo Pérez tiene dos mundiales encima, Angileri lleva tiempo seguido por Scaloni, Carrascal tarde o temprano llegará a Colombia.
Pero todas las miradas se las lleva, obviamente, la Araña. Si aún no tiene minutos con la Albiceleste es por dos motivos: el primero, tener por delante en su puesto a monstruos de la talla de Messi, Di María, los Correa y hasta Dybala. El segundo, por cierta intermitencia y no lograr darle continuidad a actuaciones como la de esta noche en Rosario, en la que la calificación 10 se ajusta a haber convertido dos golazos y a asistir en los tantos restantes, a De La Cruz y a Carrascal, para demostrar que de mediapunta, de segundo delantero o hasta de referencia de ataque puede lucirse.
Más allá de volver a una formación clásica, sorprendió que River decidiera jugar al palo por palo. Así, en un partido lleno de situaciones de gol, la Lepra llegó con claridad en varias ocasiones y se vio expuesto por momentos a Armani, que sufrió solamente por la categoría inagotable de Nacho Scocco.
Con el Torneo entre ceja y ceja, metido como escolta de Talleres y Lanús, la obligación ahora será la de sostener el nivel en las próximas jornadas, antes de volver a sufrir por el éxodo temporario de los jugadores de selección, que mientras tanto juegan en la selección de River.
