"Son varios los que dicen que se parece a mí: es zurdo, tiene buen panorama, buena pegada... La verdad es que le veo algunas cualidades parecidas a las mías". Las palabras salieron de la boca de Ignacio Fernández. De quien hablaba era José Paradela. La comparación fue realizada a fines del 2019, cuando el jugador que está a punto de dejar Gimnasia ya comenzaba a sonar en River, donde firmará en las próximas horas. No era casualidad que Marcelo Gallardo comenzara a seguirlo de cerca cuando los rumores sobre la salida de Nacho eran cada vez más fuertes y ahora, 14 meses después, están a punto de concretarse.
Mercado de pases de River: todos los rumores de los posibles refuerzos del Millonario
Las coincidencias entre ambos mediocampistas no se quedan sólo en el estilo de juego: también tienen un biotipo similar (ambos son altos y espigados), usan el mismo dorsal 26 en sus camisetas y hasta se criaron en el mismo partido de 9 de julio, al noroeste de la Provincia de Buenos Aires. Mientras que el volante del Millonario nació en Castelli pero vivió desde los dos años en Dudignac, el pibe del Lobo es oriundo de Quiroga, apenas 70 kilómetros al oeste.
Fue justamente en esa zona donde Paradela comenzó su carrera: el volante, que el 15 de diciembre cumplió 22 años, se formó futbolísticamente en Rivadavia de Lincoln, un histórico club del Interior ubicado a 50 kilómetros de su pueblo natal. Incluso, en 2016 debutó en Primera en el Federal B con 17 años, fue parte del plantel que logró el ascenso al Federal A a mediados de ese año y jugó dos temporadas completas en una de las terceras categorías del fútbol argentino, hasta que a mediados de 2018 decidió probarse en Gimnasia donde, tras evaluarlo, decidieron firmarle contrato el 8 de agosto para que se sume a la Reserva de Mariano Messera y Leandro Martini, actuales entrenadores del primer equipo.
Apenas cuatro meses después de su arribo, el 3 de diciembre, Pedro Troglio lo hizo debutar en la Primera del Lobo, casualmente en el Monumental y en un duelo entre equipos alternativos: mientras Gallardo preparaba el viaje rumbo a Madrid para disputar la final de la Copa Libertadores contra Boca, el Tripero disputaría tres días después la final de la Copa Argentina que perdió ante Rosario Central. Sin embargo, tras la salida del DT en febrero de 2019 y el arribo de Darío Ortiz, Paradela perdería todo el terreno que había comenzado a ganar y debería regresar a la Reserva, donde se transformó en una pieza inamovible del equipo titular.
Marcelo Endelli/Getty ImagesY entonces llegó Diego Armando Maradona. Corría mediados de septiembre y después de sus primeros días al frente del conjunto platense y de la derrota contra Racing en su estreno, el Diez decidió acercarse a una práctica del equipo de Messera y Martini en busca de aire fresco para un plantel golpeado. Al día siguiente, Paradela se entrenaba nuevamente con la Primera y quedaba incluido entre los concentrados para viajar a Córdoba al encuentro contra Talleres. Dicen que para el 10 fue amor a primera vista.
El 23 de septiembre, el pibe de Quiroga ingresó a los 43 minutos del primer tiempo en reemplazo del lesionado Franco Mussis y ya no salió más: de los nueve partidos siguientes fue titular en ocho, mientras que en el restante, contra Central Córdoba de Santiago del Estero, ingresó a los 12 por otro averiado, Matías García, y fue decisivo para la primera victoria de Gimnasia en el Bosque en la temporada. Tan bueno fue su nivel durante el trimestre que, a fines de noviembre, la dirigencia decidió extenderle por un año el contrato que vencía a mediados de 2021 y agregarle una cláusula de rescisión de nueve millones de dólares.
El turbulento 2020 también se reflejó en su nivel: luego del receso de verano solamente fue titular en tres encuentros en ingresó en otros tres. Y pasada la pandemia, con la dolorosa muerte de Diego y el interinato de Martini y Messera, jugó siete partidos desde el arranque de los 11 que duró la Copa.
A diferencia de Nacho, que llegó a Núñez con 26 años, 146 partidos (116 en Gimnasia y 30 en Temperley en la 2011-12) y 27 goles, Paradela aparece como una apuesta y un jugador a moldear, que apenas cuenta con 26 encuentros en Primera (otros 34 en Rivadavia de Lincoln en el Torneo Federal) y sin tantos en su haber en sus 22 años. Pero Gallardo, con su ojo clínico, tendrá a su disposición al jugador que observa desde hace más de un año, confiado en poder tener al heredero de uno de los futbolistas de mayor crecimiento en su ciclo.