El bajísimo rendimiento de Colombia en el juego ante Argelia puede llegar a tener varias explicaciones desde lo futbolístico, un rival mal estudiado, un equipo con alto nivel de improvisación, una defensa que dejó de ser el mayor fuerte para convertirse en la peor debilidad, una ofensiva sin contundencia y otros tantos factores que sumaron para la peor presentación del equipo cafetero en años.
Al técnico no se le debe reprochar, al fin y al cabo él está desarrollando una idea, en la cual caben más jugadores que debe, sí o sí, ensayar en esta clase de partidos, así el resultado resulte siendo escandaloso, sin embargo, se le debe exigir que en cualquier convocatoria que implique partidos de preparación del equipo nacional, esté presente el talento de esos jugadores que son diferentes, esos que tienen un don para alimentar al equipo con sus ideas, esas mismas que no existieron en este encuentro.

Más allá de las especulaciones y rumores, James Rodríguez es un jugador que, siempre que esté en condiciones físicas, debe estar con el grupo, mismos casos los de Juan Fernando Quintero que volvió a jugar con River hace días y Edwin Cardona, quien siempre que se enfunda la Tricolor sorprende con su buen nivel y entrega.
Es inaceptable que una selección que se ha caracterizado por tener la marcada presencia de jugadores con la genialidad del 10 clásico, se resigne a no tener ninguno en convocatoria, obligando al equipo a jugar esperando que los goles lleguen de algún centre aislado, una falta sin ejecutores, o un pelotazo al azar, cando se tienen jugadores en gran nivel y con ganas de aportar a una zona del campo que Colombia siempre necesita tener cubierta.
El de hoy es un claro ejemplo de lo que no debe faltar en Colombia, menos aún cuando hay talento de sobra, la falta de un cerebro en el terreno de juego pasa factura, sin importar cuanto corazón se ponga, la historia demuestra que cuando hay ideas las victorias llegan.


