En noviembre de 2001, Diego Armando Maradona inmortalizó la frase “la pelota no se mancha”. En los últimos años, Arturo Vidal, parafraseando la sentencia del argentino, podría lanzar otro juicio, más moderno, algo así como “el ego no se mancha”. Basta repasar las redes sociales del chileno o sus declaraciones públicas para conocer ese aprecio excesivo que siente por sí mismo, y que se encarga de difundir día a día.
La última prueba se vio este martes. Tras llegar a Chile para disfrutar de las vacaciones, el volante de Bayern Munich volvió a jugar al egocentrismo, elogiando con exceso sus cualidades. “Sé lo que valgo y por eso hay tantas ofertas cuando se abre el mercado”, resaltó en el aeropuerto de Santiago. Y respondió después sobre por qué su equipo no pudo ganar los tres torneos (Bundesliga, Copa de Alemania y Champions): “Iba extraordinario el semestre, pero, al final, todos saben lo que pasó. Una lesión de rodilla me dejó fuera de las semifinales de la Champions y fuera de la final (de la Copa de Alemania). Hubiesen sido tres títulos, pero quedo uno, y con el balance de que jugué muchos partidos e hice varios goles”.
