GoalDespués de seis empates consecutivos el Betis sigue sin enmendar los fallos que están haciendo que pierda fuelle en su pelea por Europa. Al final va a ser verdad que la posición que ocupa el equipo verdiblanco es un milagro de Pellegrini. Aunque el chileno tenga también sus errores, el mantener en puestos de privilegio a un conjunto que comete errores groseros en defensa y que no tiene la pegada arriba para finiquitar los partidos es digno de estudio.
Vayamos a dos ejemplos rápidos para dar claridad a lo expuesto. Miranda permite un remate claro de Weismann en la primera mitad que supone el primer tanto. Tuvo suerte el lateral y hubo un fuera de juego previo en la jugada que impidió el tanto. En la segunda mitad, misma acción y vuelve a no ejercer presión al testarazo del israelí que esta vez empata el partido. Weissman, con todos mis respetos, y dos jugadas iguales en las que ya tendría que tener sabida la película.
Pero vamos al segundo ejemplo. El Betis ocupa, por el momento, posiciones europeas con Canales de pichichi con ocho tantos, seguido de Borja con siete. La Real Sociedad tiene a Isak con 14; Oyarzabal, con diez; y a Portu, con ocho. El Villarreal cuenta con los 20 de Gerard Moreno y seis de Alcácer.
La falta de un referente goleador se evidencia rápido. Y hasta hace bien poco el cuadro de Heliópolis era el más goleado de la categoría. Sigue sin dominar las áreas. Pellegrini consiguió enderezar el camino defensivo e hizo que se disparara el Betis en la tabla, pero cuando vuelven los errores del pasado y sigue careciendo de la capacidad goleador, por muy bueno que sea el plan de partido, los palos del sombrajo no aguantan.
Y a todo ello se le une que parece que el Betis empieza a perder fuerzas para aguantar el ritmo. La primera parte la tira por la borda. Aprieta en la segunda hasta adelantarse en el marcador pero no cierra el partido, y pasa lo que pasa. Sin fuerzas, ni energías, ni plan B, es una quimera poder colocarse por delante nuevamente. Con seis empates seguidos es difícil mantener la pelea, pero con el horizonte que dibuja el Real Betis es prácticamente imposible, salvo milagro de Pellegrini.




